Muy buenas a todos soy Rulhistorier y aquí voy a comentar los errores y aciertos históricos de la película franco-italiana de 1959, La Batalla de Maratón, sobre la batalla del mismo nombre entre póleis (ciudades-Estado) griegas y el ejército imperial persa de Darío I el Grande acontecida en el año 490 a.C, o antes de nuestra era.
Enlace de la película: https://www.youtube.com/watch?v=8hrf7xxPq2U
Pero en la anterior entrada lo dejamos en el final de la cultura Micénica, así que antes de explicar la película, resumiré lo que ocurrió en el mundo griego y en Persia desde la caída de la cultura micénica al 490 a.C.
Las gentes del periodo final de la Cultura Micénica fueron víctimas de los difíciles tiempos que se vivieron, por aquel entonces, en el Mar Egeo y su entorno, sufriendo, entre otros factores, las alteraciones motivadas por los grandes movimientos de pueblos (jonios, eolios, arcadios y dorios) -estos, como los aqueo-micénicos, también proto-griegos y del grupo lingüístico indoeuropeo-, como ya vimos; y la superpoblación generada, lo que determinó un movimiento migratorio hacia la Península de Anatolia, que los griegos llamaban Mikra Asia (Asia Menor) y las islas y la costa norte del Egeo, que historiográficamente conocemos como 1ª Colonización Griega y que constituye uno de los acontecimientos más importantes y trascendentes de la Historia Antigua de Grecia (Uriel, 2014).
Mapa de los pueblos de la Grecia Arcaica, las migraciones y la colonización de Asia Menor (Atlas Histórico del Mediterráneo)
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Sin embargo, a pesar de esta división, no la única pero principalmente, en póleis (ciudades-Estado), los griegos sí que constituían una unidad, más o menos, no férreamente, en el plano cultural: pues todos tenían más o menos la misma cultura, consideraban los mitos de su mitología como el origen de su mundo y de dicha cultura, tenían en La Ilíada y en La Odisea la base de su educación, como se ve en la película, en la que Andrómeda está leyendo La Ilíada, y de su código de valores, obras todas estas de los poetas, llamados en el mundo griego aedoi (aedos) o rapsodoi (rapsodas), Hesíodo y, si es que existió, Homero. Y también los griegos constituían una unidad en el plano lingüístico, pues las identidades son construcciones sociales, y siempre se hacen en base a una alteridad, que en el caso de los antiguos griegos fue definida por ellos en base a, quienes por contra, no hablaban su lengua. En efecto, los griegos hablaban todos griego, aunque en el 490 a.C, este idioma todavía no estaba, por decirlo así, estandarizado, y se dividía en múltiples dialectos, los cuales no siempre eran mutuamente inteligibles, pero más o menos, se puede decir que los griegos se definían también por hablar todos la misma lengua y por ende, casi siempre entenderse entre ellos, de hecho, usaron el término bárbaro para designar a todos/as aquellos/as que no hablaban el griego como lengua materna, o que hablaban de una forma ininteligible, es decir, no comprensible para ellos y que no compartían tampoco su cultura o tenían una cultura griega pero de épocas muy anteriores.
Los griegos eran una unidad también en el plano religioso, pues todos creían en los mismos dioses y celebraban fiestas para rendirles tributo, muchas de índole también deportiva, como los reflejados aquí Juegos Olímpicos (Espelosín, 2001), que luego en el siglo XIX d.C, recuperaría el Barón de Coubertin, historiador, haciéndolos universales y uno de los pilares del legado griego en la actualidad, ¡Y en 2024 con la vista puesta en París!, juegos que aunque la primera referencia oficial a ellos en la Antigüedad la tenemos en el 776 a.C, en La Ilíada ya existen referencias a la realización por parte de los griegos aqueos a algunas de las pruebas que luego se harían en estos juegos (Canto XXIII, Romero, 2023). Aunque pueblos bárbaros podían helenizarse, es decir, podían asumir, asimilar, adoptar, la cultura griega en base a la asunción parcial o completa, de la paideia (educación) (Pascual, 2012), y de hecho, muchos lo hicieron, y algunos adoptaron o aprendieron como segunda lengua o como primera abandonando la suya, la lengua griega, muchos se convirtieron a la religión griega, e iban a hacer donaciones a los grandes santuarios igual que los griegos étnicos, pues los griegos eran politeístas, como se habrá deducido ya, porque antes he puesto dioses y no dios. Pero aún así, en esta época, el 490 a.C, la participación en los Juegos Panhelénicos estaba restringida únicamente a los griegos étnicos, los verdaderos griegos, es decir, los griegos de origen griego y no por aculturación.
¿Y por qué digo la primera en la frente? Porque el protagonista que al parecer se nos presenta haciendo el pentatlón o si no pentatlón, nadando....cuando en lo que he buscado referente a las pruebas de los Juegos Olímpicos antiguos, no viene nada de una prueba que consistiera en natación. Y además el protagonista que se nos presenta es el atleta Filípides, a quien la creencia popular atribuye ser el portador del mensaje de la victoria griega a Atenas al final de la batalla, pero que en realidad, se trata de un personaje cuya historia se mezcla con la de otro y a causa de eso, se le llama Filípides pero no era su nombre real.
Hubo un Filípides, que nos narra Heródoto, historiador griego del siglo V a.C y la principal fuente que tenemos para la batalla, al no haber una Historia persa, es decir, del otro bando, y este Filípides de Heródoto era un corredor, y que, sí, fue enviado, pero no a Atenas, y no al concluir la batalla para anunciar la victoria, pues ya adelanto que vencieron los griegos, sino a Esparta, la pólis con el ejército de tierra mejor entrenado y más poderoso de Grecia en aquellos momentos, el único con guerreros profesionales, los espartíatas o homoioi (iguales), y antes de la batalla, para pedir ayuda y ser más luchando. Pero se dice que en su carrera, que otra cosa, no fue de 42 Km sino de 225. A ver, no es por menospreciar a la gente que corre maratones y me está leyendo, pero comparado con correr 225 Km, correr 42 km, es un chiste. Antes de llegar a Esparta, a Filípides se le apareció el dios Pan, -no, no era un dios con molletes en las manos-, el dios Pan infundía un miedo terrible a quien se le aparecía, de ahí el término pánico. Bueno, pues Filípides entró en pánico (Heródoto, VI, 105) (Quesada, 2021).
Pero, según una tradición posterior transmitida por el historiador y filósofo griego de época romana, de los siglos I y II d.C, Plutarco de Queronea., otro corredor, cuyo nombre no se sabe con seguridad, Plutarco dice que se llamaba Eucles, pero otros dicen que su nombre era Tersipo, y este sí es el que habría luchado en la batalla y luego habría corrido de Maratón a Atenas una vez concluida la batalla, para informar de la victoria de los griegos a la ciudad antes de que la flota persa bordease el Ática (la región de Grecia donde se encuentra Atenas), y muriendo por el esfuerzo. Claro, no murió sólo por correr 42 Km, murió porque empalmó luchar en la batalla y sobrevivir, con el esfuerzo mental aparte de físico que ello implica, y justo después de la batalla, de seguido, sin descansar, sin tiempo para recuperarse del todo del esfuerzo de lucha, anaeróbicamente, corrió esos 42 Km hasta Atenas, entonces, resultado de los dos esfuerzos, mental y físico, su cuerpo colapsó y murió del agotamiento (Plutarco, De Glor. Ath. 3). Lo que este individuo dijo antes de desplomarse muerto fue en griego: "Hemos vencido", y de ahí, de la palabra Niké (victoria en griego antiguo), la marca deportiva tomó su nombre. -ENTRADA NO PATROCINADA POR NIKE, (YA ME GUSTARÍA)-
Ya una tercera tradición posterior, mezcló las dos historias y otorgó al informante a Atenas el nombre del informante a Esparta y mezcló el nombre de Filípides con la distancia, los 42 Km, que corrió el otro desde Maratón a Atenas para dar así origen a la leyenda popular que todos conocemos, o mejor dicho tras esto, que todos creíamos conocer (Quesada, 2021).
Los sacerdotes de Olimpia pronuncian el nombre de Júpiter al aclamar al llamado Filípides, Júpiter, quien sería a partir de la parcial helenización de los romanos a partir del siglo II a.C, el equivalente al Zeus griego, que es de quien deberían hablar realmente, y no de Júpiter, pero como es una producción italo-francesa le ponen el nombre romano.
También aparece la estatua de Zeus del templo consagrado a este dios en Olimpia, el más grande del mundo griego. En cuanto a la estatua, se trató de una obra crisoelefantina, es decir, hecha de mármol y marfil, -ya que a los antiguos griegos, y también a los actuales, les gustaba y les gusta más el mármol que a un tonto un lapicero, en Grecia hoy en día hay muchos marmolistas-, hecha en algún momento, ya que hay controversia sobre la fecha precisa de su esculpido, del siglo V a.C por el escultor ateniense Fidias. Aunque el geógrafo griego de época romana Pausanias, del siglo II d.C, dice que de oro y marfil era sólo la cabeza y lo demás, de arcilla y barro, también dice que a Fidias le ayudó un tal Teocosmo. Sabemos cómo era gracias a la numismática, ya que en Élide, la región donde está Olimpia, se nos han conservado monedas del siglo II d.C con representaciones de la estatua, de las que quizá Pausanias sacó información (Descripción de Grecia, I,4). Medía unos doce metros de altura y ocupaba todo el ancho del templo consagrado al señor del Olimpo y dios del rayo. También sale en Atenas la estatua de Atenea, si es la de Fidias también, entonces no puede ser porque en aquellos momentos Fidias era un niño de cuatro o cinco años (Elvira, 2019).
Respecto a la crisis social que dicen que vivía Atenas en aquel momento, posiblemente se estén refiriendo a la implantación de la isonomía (igualdad jurídica entre varones mayores de edad sin distinción de clase social o mejor dicho reparto de cargos e instituciones entre todas las clases sociales de Atenas donde ya se eliminaban los derechos por linaje) que llevó a cabo Clístenes, a su vez inspirándose en Solón, y que supone en parte el germen del sistema político democrático, es decir, de la democracia. Y a la rivalidad que este mantenía con Iságoras, más conservador, y por tanto, partidario de mantener en la polis un gobierno oligárquico (Quesada, 2021., Blázquez, Melero, Sayas, 1999., Pomeroy...2011, Hernández, 2023).
Se nos muestra una Atenas llena de templos, y no había tantos, con todos a ras de suelo en lugar de en la Acrópolis, que para eso era la parte alta de la ciudad y por si fuera poco, muchos de estos templos con un podio, sobre un pedestal y con una escalinata, cuando eso era típico de la arquitectura romana y no de la griega, quizá porque esté rodada en Italia y los guionistas confundieran lo griego con lo romano.
Justo después hay una contradicción, primero el sacerdote o el helanódica (solemne juez de los antiguos Juegos Olímpicos) le dice a "Filípides" que le entrega la corona de olivo como vencedor de los juegos (lo de entregar medallas es de los modernos), lo cual está bien, porque el tipo de hoja de la corona variaba de unos juegos panhelénicos a otros, así en Olimpia era de olivo, en los Juegos Píticos en Delfos era de laurel, por el laurel que mascaba la Pitia o Pitonisa, sacerdotisa y oráculo vidente del santuario de la polis, el más importante del mundo griego....(García, 2020) pero después se dice que consagra el laurel a Palas Atenea (Palas era un epíteto de Atenea), diosa de la estrategia bélica, la sabiduría y la civilización, ¿En qué quedamos, laurel u olivo?, además, por el mito, el asociado a Atenea era el olivo más que el laurel, por el olivo que plantó Atenea para fundar la ciudad.
Otra incoherencia es que justo después dicen que hace tan sólo un año que ha sido expulsado de Atenas el tirano Hipías, hijo de Pisístrato y hermano de Hiparco, también tiranos, sólo que Pisístrato hizo mejores cosas por el pueblo y sus hijos y sucesores sí que se acercaron más a lo que nosotros entendemos por tiranos actualmente, vamos que a diferencia de su padre, ellos sí fueron un poco más cabrones y aplicaron medidas más favorables otra vez a la aristocracia, sobre todo Hipías, al que se le fue la pinza después del fallecimiento de su hermano Hiparco. Según el historiador ateniense Tucídides de la segunda mitad del siglo V a.C, por un asunto amoroso homosexual que adquirió después tintes políticos (García, 2016), se volvió paranoico y vengativo e instauró un reinado del terror, contra todos sus enemigos, reales e imaginarios, que acabó con este y con el ejército espartano, que entró en Atenas para derrocarle por sus buenas relaciones con Argos (rival de Esparta en el Peloponeso) y con Persia, cuya expansión hacia occidente cada vez más, algunos griegos empezaron a ver como una amenaza (Ortuño, 2023., García, 2016). Dicho exilio ocurrió en el 510 a.C (Uriel, 2014., García, 2016), por lo que están al principio en el año 509 a.C, y en ese año no hubo edición de los Juegos Olímpicos sino que fueron tres años antes, en el 512 a.C y entre los vencedores de esa edición no figura su nombre. Aunque sí que sabemos, como he dicho, que era un atleta destacado.
Por las reformas de Clístenes, el modelo ateniense y el lacedemonio (espartano) empezaban a contraponerse, por lo que empezaba a haber cierta rivalidad entre las dos póleis. Eso sí está bien representado.
En una de las habitaciones de la casa aparece un guacamayo, el cual es una animal del continente americano, por lo que los antiguos griegos no pudieron conocerlo. Otro fallo. (AA.VV, 2006).
Las chicas deberían realizar los juegos de pelota desnudas, pues los griegos siempre hacían gimnasia desnudos, ya que eso significa esa palabra: gynmos (desnudo), pero claro, al ser finales una producción de los 50, no te van a poner mujeres desnudas en una película, es una licencia que está mal desde el punto de vista histórico pero que es comprensible. En la Antigua Grecia existían deportes de pelota colectivos como el Episkyros, datado del 2000 a.C, y similar al fútbol europeo, al rugby y al fútbol americano, aunque no se tiene claro si se podían usar las manos, y era unisex.
Los nombres de los dioses que se nombran son los nombres romanos, Diana, diosa de la caza y hermana de Apolo, debería ser Artemisa, por tanto, una de las chicas debería llamarse Artemisia y no Diana, y Ceres, diosa de la agricultura, debería ser Démeter, Venus era Afrodita.
Caris le ofrece a Filípides un espectáculo de gladiadores y esto era típico de las culturas etrusca y romana pero no de la griega. Otro fallo.
Y ya por fin llegamos a la cuestión central de la película. Los persas, eran como los griegos, un pueblo con origen en los pueblos de lengua indoeuropea, es decir, indoeuropeos, situados en el este de la Península de Anatolia (la Turquía asiática actual para entendernos), también al sur de la cordillera del Cáucaso, en lo que hoy son las Repúblicas de Georgia, Armenia y Azerbaiyán y en la estepa euroasiática en lo que hoy día son las convulsas Ucrania y Rusia (Carvajal, 2023). Si bien esto, no quiere decir que los grupos proto-iranios, es decir, los grupos que después darían lugar a los pueblos iranios (persas, medos...) se asentasen en la meseta iraní desde el sur del Cáucaso. Puede que sí, pero otros historiadores propusieron otras teorías antes de la publicación de este nuevo estudio: una sugiere en cambio, que los pueblos indoeuropeos proto-indoiranios, desde las tierras próximas al Mar de Aral, se movieron hasta la Meseta de Irán, integrándose en ese camino durante un tiempo en lo que se conoce como Cultura de Andrónovo (Blázquez, Melero, Sayas, 1999). Sin embargo, el estudio desmonta la hipótesis de que pudieran utilizar ambos caminos porque lógicamente si provenían de la región de Transcaucasia no pudieron atravesarla, sino abandonarla para llegar a la Meseta Iraní.
El caso es que una vez que se asentaron en la Meseta de Irán, ya separados de los pueblos indoarios, los pueblos arios iranios derivaron en muchos: bactrianos, pastunes (afganos), sogdianos... y entre todos estos destacan dos: medos y persas. Los primeros, al principio asentados en el norte, a orillas del Mar Caspio, que es un lago pero de agua salada, lograron formar un imperio de la mano del rey llamado Kashtaritu por los oráculos asirios y Fraortes por el historiador griego Heródoto de Halicarnaso (Historiaeweb), quien logró someter a los segundos, es decir, a los citados persas, además de a asirios, cimerios (el pueblo del héroe de cómic Conan el Bárbaro) y a manneos.
Los persas, por su parte, eran originarios de la región de Parsa, en árabe Fars y en griego Persia, y eran en un principio una sociedad pastoril y tribal con escaso alfabetismo y con su centro en la ciudad de Shiraz, en el suroeste de Irán (Lane Fox, 2007). Aunque fueron conquistados por los medos, en torno a finales del siglo VI a.C, el reyezuelo persa Cambises I, hijo de Ciro I, perteneciente a la dinastía persa de los Aqueménidas, llamada así por creer que descendían del héroe mítico Aquemenes, se casó con la princesa meda Mandanae, hija del emperador medo Astiages. De esta unión nació Ciro II, cuyo lugar de nacimiento, si Media, propiamente dicha, o Persia, es incierto a falta de fuentes de la época, y de las que tenemos, posteriores, muchas están envueltas en leyenda, una de ellas, relatada por el historiador romano del siglo II d.C Marco Juniano Justino, en el que Ciro es amamantado por una perra, poniendo su crianza en las patas y ubres de un cánido al estilo de otros personajes destinados a hacer algo grande como Rómulo o el tartesio Habis. También, al estar redactadas a posteriori de la vida del personaje que tratan, "predicen" hechos que luego sucederán: unas fuentes dicen que el mismo Astiages soñó que su nieto le iba a derrocar, por eso, y por otros sueños que tuvo, cuando nació el niño, trató de matarlo. Pero al igual que Amulio con Rómulo y con Remo, dichos intentos no dieron fruto y Ciro creció, se convirtió en un adulto y mediante la guerra, venció y derrocó a su abuelo Astiages del trono de Media, al igual que Rómulo y Remo con su tío-abuelo Amulio (Raíces de Europa, 2017).
Así, Ciro unificó ambos pueblos e instauró el Imperio Persa, realmente, Medo-Persa, y se convirtió en su primer emperador con el nombre de Ciro II en torno al año 550 a.C. Al ser un pueblo rural, los persas adoptaron la pompa y las civilizadas costumbres de sus hermanos, vecinos y ahora súbditos medos (Lane Fox, 2007). Gracias a esta civilización, los persas, con Ciro a la cabeza, se apoderaron primero del Reino de Lidia, muy rico y en la mitad occidental de Anatolia, después, en una campaña propagandística, se apoderaron además del Imperio Neobabilónico en Mesopotamia (actuales Irak y Levante Mediterráneo) y mediante guerras, de las tierras de los actuales Turkmenistán, Uzbekistán y Afganistán, razón por la cual, a partir de entonces fue conocido como Ciro II "el Grande". Los persas son los antepasados del 61% de los iraníes actuales y los medos puede que lo sean de los kurdos, este último grupo étnico, actualmente sin Estado independiente propio y repartido entre Turquía, Irak e Irán.
Al norte del Imperio Persa habitaban unos pueblos emparentados con ellos, es decir, también arios o iranios, que otorgaban sin embargo más peso a la mujer en sus sociedades, ya que eran esteparios y seminómadas. Entre esos pueblos, estaban los masagetas, situados en lo que ahora es el actual Kazajistán, al norte del Río Yaxartes (actual Sir Daria). En el momento en que Ciro reinaba en Persia y la expandía, los masagetas, de quienes Heródoto dice que algunas de sus fuentes los incluían dentro del grupo, también iranio pero medio túrquico, de los escitas (I, 201), estaban gobernados por una mujer: la reina Tomiris.
Ciro pensó que podía subyugar a los pueblos tribales de la estepa situados al norte de su imperio. Para lograr su objetivo, Ciro intentó primero casarse con Tomiris para incorporar las tierras masagetas a su imperio, pero Tomiris no quiso y por tanto, Ciro lo intentó mediante la guerra al no poder hacerlo de manera pacífica. El emperador persa se enfrentó a las tropas masagetas comandadas por el hijo de Tomiris. En la batalla, este último resultó hecho prisionero y acabó muriendo a manos de los hombres de Ciro II. La reina masageta le dio un ultimatum y le ordenó que se fuera en paz de sus tierras pues Ciro ya había matado a su hijo, o si no, ella saciaría la sed de sangre del propio Ciro.
Tomiris derrotó al ejército persa de Ciro y este fue asesinado cerca del año 530 a.C (Raíces de Europa, 2017). Así pues, uno de los sucesores de Ciro II en el trono medo-persa, quien derrotó a su hijo menor Bardiya, Darío I, quién impuso el Zoroastrismo o Mazdeísmo como religión oficial del Imperio, si bien respetó la de cada grupo étnico, entre otras reformas que consolidaron de verdad, más que con Ciro II incluso, al Imperio Persa, se propuso conquistar las tierras europeas del otro lado del Egeo, como apuntan Espelosín (2001), Monedero y Pascual (2006) entre otros, más que, como dice Heródoto, por castigar el apoyo ateniense y eretrio a la Revuelta Jonia, revuelta de las ciudades griegas bajo poder persa a la que siempre se atribuye la causa primera de las Guerras Médicas, es decir, de las guerras de los persas con los helenos (con los griegos), ya que estos últimos, bien sea porque antes de Ciro II el imperio se llamaba Medo, los que tenían el poder sobre los persas eran los medos, bien fuese por pura comodidad, bien fuese porque simplemente no tenían la distinción entre unos y otros muy clara, los griegos llamaban a ambos, a medos y a persas y a su imperio, todavía "medos" (Tobalina, 2017., Espelosín, 2001., Caparrós, Murillo, Cortés, 2021), de ahí el nombre de las guerras.
Heródoto dice que los reyes persas tenían tres obligaciones....decir la verdad, puesto que la base de la religión Zoroástrica es que el mundo es una lucha entre el bien-la verdad y el mal-la mentira, y desde Darío I, el emperador era el representante de Ahura Mazda, quien a su vez, era el único dios verdadero para los persas y que representaba por tanto, la verdad y el bien., montar a caballo, como buen pueblo indoeuropeo, y disparar el arco. Pero Antonio Penadés les añade una más, pues en su conferencia sobre la Batalla de las Termópilas dice que desde Ciro II, todos los emperadores persas tenían la obligación, la misión, de engrandecer, de extender, los territorios del Imperio (Penadés, 2021).
En este aspecto Darío no fue menos y también destacó, pues conquistó y anexionó a su imperio, ya de por sí el Estado más grande que había conocido la humanidad hasta entonces, la región al sur del Cáucaso, de donde he dicho que eran originarios los persas, los valles del Sir Daria y del Indo (lo que ahora son el sur del actual Kazajistán y grosso modo todo Pakistán), y tras llevar a cabo una expedición contra los escitas europeos para controlar las rutas comerciales que conectaban los Mares Mediterráneo y Egeo con el Mar Negro, y fracasar (Blázquez, Melero, Sayas, 1999., Espelosín, 2001., Penadés, 2022), aún así pudo someter definitivamente Tracia (en la actualidad Bulgaria, la Turquía europea y el nordeste de Grecia) y algunos dicen que en el 510 a.C (Sánchez, Serrano, Hombrados, 2012., Lane Fox, 2007), otros que en el 492 a.C (Cortés, 2021., Tobalina, 2017), bueno, entre esos años, consigue el vasallaje del Reino de Macedonia (en la actualidad el norte de Grecia, el actual país de Macedonia, aunque se llame igual no tiene nada que ver, pero ya explicaré eso), que en ese momento es un reino pequeño, en el mundo griego pero en su extremo norte, al norte del Monte Olimpo y marginal, con unas costumbres muy diferentes a las de las póleis griegas.
Mapa del Imperio Persa con sus sucesivos emperadores y conquistas (Odisea Cultural). |
Por tanto, al someter a Macedonia, los persas ya estaban prácticamente encima de las póleis de la Grecia peninsular o continental.
La ofensiva persa a Atenas y a Eretria, es decir, lo que en occidente se conoce como Primera Guerra Médica, viene por lo siguiente:
Los emperadores persas eran monarcas autócratas, es decir, que gobernaban por sí mismos, aunque rodeados de una camarilla de visires, gobernantes o consejeros menores que en muchos casos solían ser sus parientes, es decir, como era típico de las monarquías orientales (Egipto, Mesopotamia, China, Corea, Japón...), eran reyes absolutos, tenían todo el poder. Por lo tanto, sólo concebían como la única posible esa forma de gobierno, y todo lo que no fuera eso, a los persas, como buenos orientales, les parecía una aberración (Quesada, 2021).
Por otro lado, dentro de que el mundo griego aparentemente conformaba un mundo culturalmente homogéneo, realmente no era tan así, sino que, como he dicho más arriba, la etnia helena en la Antigüedad, se componía de otros grupos étnicos o mejor dicho etnolingüísticos, según el dialecto griego que hablaran, los cuales eran: aqueo-micénicos, eolios, dorios y jonios. Pues bien, dentro del mundo griego, algunas comunidades como los jonios, constituían un bloque geopolítico y cultural común. Más o menos se puede traducir parcialmente, por ethnos.
Dentro de los griegos, los jonios tenían un sentimiento de hermandad entre ellos muy fuerte y todos (todos los griegos jonios, es decir, que hablaban dialectos griegos jónicos) consideraban a Atenas su patria de origen (Espelosín, 2001), así pues, lo que se hacía en Atenas muchas veces quería ser imitado por otras póleis jónicas.
En este contexto, la actividad mercantil que propiciaron las colonias dio lugar a veces a conflictos sociales, en los que cuando en ellos no se llegaba a un acuerdo de mediación satisfactorio, hacían su aparición figuras, bien reyes, bien demagogos que habían convencido al pueblo (al demos) de que se rebelara contra los poderes, bien oligarcas, las cuales ocupaban su poder, o si es que ya lo ostentaban, extendían este., de forma muy prolongada en el tiempo y mediante el uso de la violencia, como digo el apoyo popular, y de infringir las leyes supremas o constituciones de las póleis, esto es lo que se conoce como tiranos, tomando el vocablo de los asiáticos, o de los lidios o de los fenicios, estos individuos a pesar de obtener el poder de estas formas, no tenían porque gobernar en todos los casos de manera despótica y cruel, olvidándose del pueblo, ¡Ojo!.
Como la tiranía era lo más parecido a la monarquía absoluta persa en las formas de gobierno en el mundo griego, los persas, como le tenían asco a todo gobierno que no fuera absoluto, autocrático y unipersonal, para intervenir en los asuntos internos de dicho mundo helénico (en la Guerra Fría, 1945-1991, e incluso antes, Estados Unidos, intervenía en el resto de países del continente americano influyendo en las elecciones o los gobiernos de turno para tenerlos bajo su influencia y que actuaran conforme a los intereses del gobierno de Washington D.C., o que tuvieran gobiernos capitalistas, esto es lo que se conoce como la política del Big Stick, en inglés: "gran palo", garrote, como diciendo los estadounidenses a los latinoamericanos: ¡Che, "aquí que no se le ocurra a nadie ser disidente con nosotros y con nuestro capitalismo que si no, garrotazo" (y con garrotazo querían decir: fomentar a gente de esa nación para que diera o apoyara un golpe de Estado para colocar a alguien de derechas o capitalista en el gobierno del país, pucherazo en elecciones para lo mismo...), bueno, pues un poco lo mismo que después hará EE.UU en Latinoamérica, salvando las distancias, hacía el Imperio Persa en las póleis griegas del Mar Egeo, un Big Stick persa pero en vez de en América, en la cuenca del Egeo, por así decirlo para que lo entendáis: en las póleis que ya estaban gobernadas por tiranos, es decir, que ya eran tiranías, los emperadores persas financiaban o apoyaban a estos, y en las que no, apoyaban a los ciudadanos de las mismas que estaban a favor de instaurar una o que directamente se postulaban como posibles tiranos en ellas porque contaban con el apoyo del pueblo.
A los tiranos no sólo los apoyaba el emperador. Darío dividió el Imperio para gobernarlo mejor, en, según Heródoto, unas veinte satrapías (digamos, provincias, regiones). Al igual que la palabra tirano, la palabra sátrapa, ha adquirido en la actualidad unas connotaciones negativas y para nosotros ambas son más o menos, si no completamente, sinónimas, pero en ambos casos de forma injusta. Los sátrapas, contradiciendo el dicho actual, eran gobernantes a veces crueles no digo que no, pero otras muchas, no, eran buenos, y al fin de al cabo eran personas tan sometidas a la autoridad del emperador o sah, aunque en muchos casos fuera su pariente, ya fuera sanguíneo o político, como lo era el pueblo de su respectiva satrapía. A causa de este segundo escalón de poder, también muchos sátrapas apoyaban o financiaban a gobiernos o personas tiránicas/os o partidarias/os de la tiranía en el mundo griego.
Es en estas, cuando Aristágoras, un milesio, es decir, de la polis de Mileto, una polis griega de etnia jonia, enclavada en la franja central de la costa egea de lo que sería la actual Turquía, que se conocía precisamente como Jonia por estar colonizada por griegos de esta variante dialectal (mirar mapa del principio arriba), quien era un tirano, y por lo tanto, en un principio favorable al dominio persa de la ciudad, ciudad que dicho sea de paso, que también es importante, dejó de ser un Estado completamente autónomo y quedó integrada en una satrapía persa con capital en la ciudad de Sardes (la antigua capital del Reino Lidio hasta su conquista por Ciro II) en el centro de Anatolia y donde residía el sátrapa., convenció a este de ganar más prestigio juntos (la actitud propia de quien tiene todo el poder en un sitio, que no conforme quiere más, lo que Heródoto dijo de que Aristágoras tenía hýbris -soberbia-) conquistando la isla de Naxos, en medio del Mar Egeo, y juntos agruparon tropas y mandaron una expedición con el beneplácito de Darío, cuya iniciativa de Aristágoras le parecía mejor que bien habida cuenta de lo que he dicho antes de que todos los reyes persas debían expandir el imperio. Pero sin embargo, esta expedición de conquista greco-persa fracasó, los naxios vencieron a la coalición. Aristágoras, acojonado ante tener que rendir cuentas y del posible castigo del emperador persa por su fracaso, el muy cabrito se cambió la chaqueta, y dijo: "antes de que me metan el puro, me rebelo yo contra ellos", pero como estáis intuyendo, no era tonto, sabía que se iba a enfrentar al mayor imperio de su tiempo, es decir, a un poder inmenso, por lo que empezó a agitar el avispero y comenzó a convencer a las demás ciudades de la Jonia para que se unieran a la rebelión, recalcando los inconvenientes que había traído a estas ciudades la incorporación al Imperio, sobre las ventajas, que como todo, pues tenía las dos cosas.
Muchas son las razones que los historiadores e historiadoras actuales esgrimen como la causa del germen de la rebelión en Mileto y su extensión a las otras ciudades jonias de Asia Menor bajo dominio persa. Pero existe una gran controversia sobre los motivos económicos y sociales que pudieron llevar a este levantamiento, pues unos historiadores dicen que los griegos jonios asiáticos estaban asfixiados a impuestos, ya fuera en especie o en moneda, y puteados (con perdón) (Caparrós, 2021), sin embargo, otros estudiosos como el historiador militar Fernando Quesada Sanz (2021) y también otros (Blázquez, Melero, Sayas, 1999), dicen que no había motivos para que los griegos asiáticos estuvieran más a disgusto bajo dominio persa que bajo dominio lidio. De hecho, esta época (finales del siglo VI a.C- principios del V a.C) es la época de Tales, es decir, del nacimiento de la filosofía y de contactos entre estas ciudades y el mundo autóctono asiático, en su caso lidio, antes frigio, que desde la supuesta Guerra de Troya y desde el resurgir del comercio con los fenicios y la adopción e innovación del alfabeto al añadirle las vocales, los griegos no habían tenido., lo que favoreció que la cultura griega tuviera, y huelga decir tenga hoy en día, universalidad. Estas ciudades, muy al contrario como para querer rebelarse, en esta época del dominio persa alcanzaron su cénit. Si bien la conquista persa y la construcción del camino real desviaron un poco las rutas comerciales que hasta entonces tenía Jonia con otros puntos del Mediterráneo, había otras, pero aunque esto debilitó la economía jonia, al tiempo que favoreció la de los fenicios, rivales de los griegos jonios pero también parte del Imperio Persa y por tanto, súbditos del emperador, no la debilitó tanto, por lo que no parece un motivo de peso para un alzamiento generalizado contra el dominio persa.
Hoy en día, los historiadores actuales o tienden a considerar un poco todas estas causas, económicas, sociales, políticas... como posibles motivos de la revuelta (Blázquez, Melero, Sayas, 1999., Uriel, 2014., Espelosín, 2001), o apuntan directamente, todos coinciden en que, lejos de la controversia de si Aristágoras lo hizo por Mileto, por toda Jonia o simplemente por ambición y oportunismo políticos personales, o de si el dominio persa empeoró la situación de los jonios con respecto a cuando eran súbditos de los reyes de Lidia, quienes algunos por otra parte eran filohelenos, aunque Heródoto dice que los persas también adoptaron costumbres de los griegos tales como la pederastia (I, 135., Lane Fox. 2007) por lo que algunos reyes persas también fueron filohelenos, es decir, también mostraron predilección por algunas cosas de la cultura griega, en relación con esto diré otra cosa., uno de los motivos de mayor peso que propició la rebelión fue que, al constituir dentro del conjunto de los griegos, este bloque geopolítico y étnico común, los jonios estaban empezando a mostrar, sobre todo los mercaderes que se vieron perjudicados con el dominio persa y el cambio de rutas comerciales mencionado (Uriel, 2014), partido por el sistema de igualdad entre los ciudadanos varones (isonomía) que daba sus primeros pasos en aquel entonces en la hermana del continente europeo: Atenas, de la mano de Clístenes, en el marco de una incipiente democracia.
Vamos, que los jonios de Asia empezaban a ver eso de la igualdad jurídica entre ciudadanos varones que estaban poniendo en práctica los otros jonios atenienses, quienes siempre eran su espejo, como algo molón....molón, pero que como dice Quesada Sanz, no con mi lenguaje coloquial y juvenil que esto es un blog pero lo dice, no era compatible con el concepto de gobierno que tenían los persas, en donde todo habitante, sin importar su clase social, posición económica, sexo, edad o etnia, era súbdito, es decir, estaba por debajo, del emperador (Espelosín, 2001., Quesada, 2021).
Así que Aristágoras, una vez hubo convencido a toda Jonia a sublevarse contra los persas, no voy a entrar en los argumentos que utilizó, va a la Grecia balcánica a convencer a otras póleis griegas, tanto jonias como no jonias, para que se unan a la causa de los jonios contra los persas. En su periplo, se detuvo en Esparta, la cual era en aquel momento, y lo seguiría siendo durante mucho tiempo, la máxima potencia militar de Grecia, e intenta convencer a uno de los dos reyes, Cleómenes, el padre de Gorgo (la que vemos en 300, prima y esposa del futuro rey Leónidas I), de que se una a él con su entrenado y disciplinado ejército. Aristágoras le muestra un mapamundi (del mundo que conocían los griegos en aquella época evidentemente) plasmado en una extensa lámina de bronce y Cleómenes le pregunta cuántos días de camino había desde la costa jonia del Egeo (el mar de la Jonia dice Heródoto, que es quien nos cuenta esta anécdota) hasta la corte del emperador, hasta Susa que era donde residía el emperador en algunos momentos, (ahora en el suroeste de Irán)... y Aristágoras, nos dice Heródoto, cometió el error de decirle a Cleómenes la verdad, y que eran tres meses de camino lo que había de distancia. A lo que el diarca espartano, porque Esparta era una diarquía, acostumbrados los espartanos a hacer campañas en la península del Peloponeso en las que estaban una semana o así, fuera de Esparta, y con la intervención en la conversación también de la propia Gorgo, que en aquel momento era sólo una niña de siete años pero que ya apuntaba maneras, que le dijo a su padre: padre, despide ya a este forastero que como sigas hablando con él te va a liar, o algo así., respondió tajantemente que no, que ellos no estaban tantos días fuera de Lacedemonia (de Esparta) y que contra un imperio tan grande tenían las de perder (si lo hubiera oído unos once o diez años después su futuro yerno y sucesor....¡Je!) (Pomeroy et alli. 2011., Espelosín, 2021., Quesada, 2021).
Antes he hablado un poco sobre las tiranías en el mundo griego, bueno, pues Atenas, antes de ser el paradigma y el faro universal de la democracia, en esto no fue una excepción con respecto a otras partes de dicho mundo helénico, también tuvo sus tiranos, tiranías que muchas veces los propios tiranos hacían hereditarias convirtiéndolas en dinastías como sucede ahora en países con gobiernos en los que destaca una persona como Cuba con los Castro o Corea del Norte con los Kim. Pisístrato, un tirano de Atenas, legó el poder a sus hijos: Hiparco e Hipias. Este último, al ser exiliado de Atenas estuvo deambulando por varias cortes, como la de Macedonia, donde fue protegido del rey Amintas I, quien llegó a ofrecerle incluso una ciudad para que fuera digamos el alcalde (Sánchez et alli. 2012) y después estuvo en la de Persia, donde Darío le dió también refugio, ya que Hiparco e Hipias, como he dicho, a diferencia de su padre, sí que se acercaron más con su comportamiento a lo que nosotros actualmente entendemos por tirano, esto lo sabemos por lo que Aristóteles escribe sobre la constitución de los atenienses, a Hiparco lo asesinaron y a Hipias, por este comportamiento despótico y por un lío que no voy a contar por no enrollarme, lo exiliaron de la ciudad.
Artafernes, el sátrapa iranio con sede en Sardes, era partidario de reinstaurar en el poder en Atenas mediante este Big Stick persa en Grecia que he comentado, a Hipias, y claro...los atenienses menos partidarios de la tiranía dicen, ¡Como triunfen los persas sobre los jonios y consigan aplacar la rebelión... los persas se crecen, desembarcan aquí y nos ponen al cabrón ese (Hipias) otra vez en el poder aquí mandando! ¡No, tenemos que intervenir!...y así fue, esta opinión prevaleció, y Atenas envió 20 trirremes (barcos con tres filas de remos a cada lado) con unos 4 mil hombres entre todos, al otro lado del Egeo, a ellos se les unió, tenemos menos claros los motivos que en el caso ateniense, otro contingente de la polis de Eretria, también jonia, en la isla de Eubea (la isla larga que está en paralelo al Ática, mirar mapa de arriba), quien envió 5 trirremes, unos mil hombres (Quesada, 2021., Caparrós, Cortés, Murillo, 2021). Por eso en la película algunos comentan que no todos piensan que Hipias sea un traidor.
Es decir, el verdadero motivo de las Guerras Médicas fue la política expansionista persa y la amenaza que ésta suponía para el mantenimiento de la isonomía en el entorno jonio del Egeo, especialmente en la propia región de Jonia y en el Ática, en Atenas.
El ejército jonio sublevado ataca Sardes, la capital de la satrapía persa de Lidia, Darío, ante este desafío a su autoridad y al mantenimiento del equilibrio del cosmos, del universo, que como reencarnación de Ahura Mazda en la Tierra representaba, no se quedó quieto, y entre el 499 a.C y el 494 a.C aplastó la rebelión y esta represalia culminó en la Batalla de Lade, frente a Jonia, en el Mar Egeo, en donde el ejército jonio sublevado se enfrentó al de Darío, en el que había jonios fieles al rey y otros pueblos no persas también fieles al imperio como los fenicios.
Se ven estatuas masculinas con la llamada por los historiadores del arte, curva Praxiteliana y esta debe su nombre al escultor Praxíteles, ateniense sí, pero del siglo IV a.C, es decir, de un siglo después de la Batalla de Maratón. Por tanto, eso es un fallo.
Darío menciona a los dioses, en plural, cuando ya digo, era monoteísta. Creía en Ahura Mazda. Andrómeda menciona que el destino quiso que su padre se mostrase partidario de Hipias, y en efecto, los antiguos griegos eran un pueblo parcialmente determinista, creían que el destino de las personas estaba determinado, en este caso por las moiras, quienes tejían los hilos de la vida de cada persona.
Filípides fue a Esparta a pedir ayuda, eso sí está bien, pero los espartanos alegan para no ayudar a Atenas, la rivalidad existente entre ambas póleis, y los conflictos que han tenido. Esto también está bien, ya que por ejemplo uno de ellos fue que el rey Cleómenes I entró en Atenas con su ejército para mantener en el poder a Hipias (Ortuño,2023), y también esto vuelve a reflejar la idea verdadera de que el mundo griego no era un mundo políticamente unido. De hecho, antes de la batalla, Darío, envió a su yerno, Mardonio en una campaña por la costa norte del Egeo en el 493 a.C una vez aplastada la revuelta y desalojada Mileto, a asegurar la lealtad del hijo de Amintas I: Alejandro I, rey de Macedonia, quien todavía se mostró fiel al Gran Rey, así como la de los tracios, y tras esto bajó hacia el centro y el sur, y ya en este avance algunas póleis griegas le entregaron los tributos en especie de tierra y agua que Darío exigía como símbolo de sumisión, pero hubo dos que no....Adivinad cuáles.
Atenas y Esparta se negaron a someterse, al margen de si el episodio que cuenta Heródoto en el que atenienses y espartanos arrojan a los emisarios persas a unos pozos, lo cual constituía un sacrilegio, ocurrió de verdad o no (Uriel, 2014), o si es que ocurrió, si ocurrió durante el reinado de Darío I o durante el reinado de su hijo Jerjes I, en la Segunda Guerra Médica., y esto enfureció aún más a Darío, quien ahora con más motivos que nunca, estaba decidido a castigar a las póleis de la Grecia continental balcánica que habían ayudado a los traidores jonios.
Ahí en la película se nos muestra las reticencias de Esparta a combatir con la excusa de una fiesta en honor de la Luna nueva, ya que la religión era sagrada para los griegos pese a la aparición de una alternativa como es la filosofía, y los conflictos bélicos en los que participaban los griegos debían interrumpirse durante las celebraciones de las fiestas religiosas, pues en caso de que no, era una ofensa a los dioses, y, en la Antigüedad la sociedad no estaba secularizada, o no toda, y la mayoría de la gente adoraba y temía a partes iguales a los dioses.
La diosa que representaba la luna para los griegos era Selene, pero sabemos que dicha fiesta, que entre otras cosas como su rivalidad y que a pesar de la fama, disuadió a los espartanos de prestar ayuda, al menos en seguida, a los atenienses, no fue una fiesta en honor a Selene, sino unas fiestas típicamente dóricas como eran las consagradas a Apolo Carneo, llamadas por esto Carneas. Carneo era en un principio un dios independendiente de Apolo que fue asimilado a él cuando los pueblos griegos dorios, antepasados entre otros, de los espartanos, asimilaron a algunos dioses de los pueblos asentados en la península griega antes que ellos (Penadés, 2022). Por lo que con el transcurso de estas fiestas los espartanos tuvieron que abstenerse de enviar, por el momento, ayuda a los atenienses. Por tanto, un semi-fallo.
Esparta no formó un ejército tan potente con el objetivo de algún día alcanzar la hegemonía, es decir, dominar sobre todo el mundo griego, sino para mantener bajo control a los ilotas, sus siervos de origen mesenio, descendientes de los prisioneros de guerra que los espartanos hicieron durante la conquista de la vecina región de Mesenia, en el sur de la península del Peloponeso, al oeste de Laconia, por lo que casi nunca le interesó intervenir en un conflicto más allá de dicho territorio, fue al desfiladero de las Termópilas, a la isla de Salamina y a la llanura de Platea en el 480 a.C porque no le quedó más remedio.
También se nos muestra a los atenienses y a los plateos, que les ayudaron, dispuestos desde el inicio a plantar batalla cuando lo cierto es que aunque la Batalla de Maratón en cuanto a desarrollo es una de las peor documentadas que tenemos, una de las cosas que sabemos con más o menos seguridad, porque nos lo cuenta Heródoto, es que en un principio hubo dudas en el seno del ejército ateniense entre algunos mandos, ya que se iban turnando, como buenos proto-demócratas, sobre si combatir o finalmente retirarse (Quesada, 2021) A ver, esto hay que matizarlo, dispuestos a combatir estaban todos, si no, no hubiesen ido a Maratón, de lo que había dudas, más que de si combatir o no, era de si combatir haciendo un gran ataque o combatir defendiendo la ruta que conducía al asty mismo de Maratón, Platea y Atenas. Pero bueno, tras acampar en un recinto sagrado, el Témeno, consagrado a este héroe de Argos, descendiente de Heracles, y unírseles allí los plateos, Milcíades convenció al arconte polemarco (magistrado líder del ejército en casi todas las póleis griegas, excepto en Esparta, en donde ese cargo lo ostentaban los reyes), Calímaco, de que la mejor opción era combatir al ataque. Aunque a decir verdad, Milcíades parece ser que en su momento estuvo de parte de los persas cuando fue tirano en una colonia ateniense, pero luego se implicó en la Rebelión Jonia y esto le hizo decantarse por el lado de su ciudad-Estado (Espelosín, 2001).
Ahora vamos a comentar fallos que salen en la panoplia, los griegos salen con escudos largos, cuando eso era típico de los persas, o en todo caso de los pueblos asiáticos. Los persas salen con el casco griego de tipo beocio, a no ser que se trate de griegos eolios que había, combatiendo del lado persa, y también griegos jonios, por eso no entiendo que algunas publicaciones monográficas referentes a las guerras médicas, sobre todo en el mundo anglosajón, hablen de Greco-Persian Wars como si se hubieran enfrentado ahí Grecia entera vs Persia o si no Grecia entera, griegos vs persas, como dos bloques monolíticos, cuando en verdad había griegos en los dos bandos, si bien en la batalla de Maratón, en el bando persa no muchos, al mando del medo Datis (Heródoto,VI, 98), cosa que sucederá todavía durante los siglos siguientes, pues en la Segunda Guerra Médica pasará lo mismo, en la expedición de Jenofonte también y en la campaña de Alejandro Magno también, de hecho, la profesora Eva Tobalina en su conferencia sobre el dicho rey macedonio de la asociación cultural Raíces de Europa, dice que las tropas griegas eran junto con los ·"Inmortales", la élite del ejército persa (Youtube, 2022).
Se muestran bien sin embargo, los arcos de los persas, la caballería.... Pero aunque lucharan en una llanura, no llevaron carros falcados, como sí hizo por ejemplo Darío III contra Alejandro Magno un siglo después en Gaugamela. Sobre el uso o no de la caballería por parte del bando persa hay una gran controversia entre los historiadores actuales porque aunque por la arqueología parece ser, y sólo parece ser, que los persas usaron caballería, Heródoto dice que la usaron pero sin embargo, esto contrasta con lo que dice la Suda, un diccionario enciclopédico bizantino del siglo X d.C, que habla de caballería ausente, u otra traducción del griego medieval podría ser en lugar de ausente, aparte, que la caballería estuviera aparte. Hay muchas teorías, el profesor Quesada Sanz en su conferencia pone un pasaje de Heródoto en el que el historiador de Halicarnaso insinúa que los persas usaron caballería y que, precisamente, vieron algo extraño y propio de locos el que sus oponentes griegos no la usaran (VI, 112, 3., Quesada, 2021), él es de los que piensa que la caballería persa estaba, pero que, fue embarcada por Mardonio al pensar en retirarse de Maratón y circunnavegar el Ática para entrar en Atenas directamente, otros, sin embargo, no son de esa opinión, hay quien opina que estaba, que participó en la batalla, pero que Heródoto no lo recoge, -cosa extraña si he dicho que sí-, que estaba pero no participó...en fin, muchas teorías (Quesada, 2021), sea como fuere, en la escena de la batalla aparece caballería así que no puedo decir ni que sea un fallo ni tampoco lo contrario, pues no puede afirmarse nada con absoluta seguridad...salvo que caballos los persas trajeron, que participasen o no ya es harina de otro costal.
En cuanto al desarrollo de la batalla, aunque Heródoto lo cuenta de un modo muy claro, lo cierto es que ocurre lo mismo que con respecto a la participación o no de la caballería persa, la disposición de uno y otro ejército al principio del combate varía dependiendo del autor/a que se consulte. La verdad es que no lo sabemos, al lado de donde luego se erigió el monumento funerario a los caídos atenienses, al lado del campamento persa, en mi opinión algo arriesgado para los persas si eran derrotados, pues tenían poco margen de maniobra., en paralelo a la costa...en fin, como dice el profesor Quesada, hay una decena de teorías, todas ellas, bien fundamentadas y con algún punto de apoyo en la narración herodotea, por lo que no lo podemos saber exactamente. Así que, no puedo decir tampoco en lo que respecta a cómo luchan los actores en la película si es fiel a la realidad histórica o no, porque ni nosotros sabemos cuál era la verdadera disposición de ambos ejércitos al inicio de la contienda.
No obstante, se sabe por los datos que nos proporciona Heródoto que el combate fue prolongado, largo y duro, pero lógicamente, para acelerar la acción del film tienen que acotar un poco la duración de este en la pantalla. Es verdad, que como se ve en la película, los griegos cargaron a la carrera nada más empezar, después Heródoto dice que los persas y sus súbditos sakas (escitas, ya que Darío intentó conquistar sus tierras mediante una expedición para apoderarse del comercio de cereales del Mar Negro y tener el monopolio, Penadés, 2022), rompieron el centro de la falange griega ya que esta era un tanto débil y se desmoronó persiguiendo los persas a los griegos tierra adentro. El centro de la falange griega era un tanto débil porque Calímaco, para igualar el largo del ejército persa, dió una profundidad en el centro de la falange, comandado por las tribus atenienses Leóntida y Antioquea, de cuatro hombres en el centro, en lugar de los ocho que eran habituales. Pero, tal y como dice el profesor Quesada en su conferencia, si sabemos que el bando griego ganó la batalla, resulta extraño entonces que el centro de dicho bando se desmorone tan rápido por mucho que no estuviera dispuesto como siempre, ya que en caso de haber cedido efectivamente el centro, los griegos hubiesen estado en aquel momento acabados y hubiesen tenido que huir en desbandada., por lo que, como bien apunta Quesada, resulta incomprensible que el centro de la línea griega cayera totalmente.
Por eso, esto presenta un problema de la narración Herodotea, probablemente, contradiciendo a Heródoto, el centro de la línea ateniense no cayó por completo, porque a continuación dice el de Halicarnaso que las alas ateniense y platea convergieron en tenaza sobre la línea de los persas, cosa que habría sido imposible de haber caído por completo el centro de la línea ateniense, además, normalmente, si en una batalla de la Antigüedad, el centro de una de las dos líneas se hunde o se desmorona, es la que primero se desmorona la que resulta derrotada.
El momento de debilidad del centro de la línea griega, debe ser el momento en el que uno de los atenienses le dice al general o al polemarco que hay que resistir. Y le dice que los espartanos están de su lado y les ayudarán. Esparta, cuando hubieron terminado las fiestas carneas, mandó un ejército a ayudarles pero fueron en balde porque cuando llegaron a la llanura de Maratón, la batalla ya había finalizado hace unos días y ambos ejércitos, griego y persa, ya se habían retirado.
Dice Heródoto, se permitió huir a los derrotados de las alas persas, y entonces las alas griegas cargaron contra el centro de los persas, quienes hasta entonces estaban derrotando a los griegos, los persas después de esto se desbandaron, --ahora sí, no como en la película que los dos ejércitos están como en desbandada durante toda la batalla,-- huyeron hacia sus barcos, los griegos les persiguieron e intentaron quemar dichos navíos o apoderarse de ellos, precisamente, en esa actividad, un persa cercenó el brazo de Cinegiro, hermano del trágico Esquilo, este último, quien luego escribiría su obra Los Persas, contribuyendo a asentar el estereotipo de bárbaro (del no griego, del extranjero), en especial del asiático, entre los griegos y más en particular, entre los atenienses.
También, entre los 192 atenienses que resultaron muertos en batalla, según Heródoto estaba el polemarco Calímaco, quien según el halicarnasio se quedó de pie ya cadáver sujetado por las flechas persas que lo mataron. También dice Heródoto que de la flota persa, los griegos capturaron siete naves. -Cosa rara, pero bueno, ahí está el dato-. Flota, de la que Filípides en la película dice que era muy grande....al principio de la expedición de Darío en el Egeo lo era, pero, cuando bordeó la costa norte de este mar, los vientos procedentes del Mar Negro eran muy fuertes en aquel momento, y al entrar en las embravecidas costas frente al Monte Pangeo e intentar bordear la península Calcídica, esta península al norte de Grecia que parece una mano con tres penínsulas más pequeñas que parecen los dedos, donde está el Monte Athos, que hoy en día está poblado por monjes y monjas cristianos ortodoxos en monasterios en la cima de las montañas y del mismo monte, y que tiene un gobierno autónomo al margen del Griego aunque forma parte de Grecia., sus naves de madera, incapaces de resistir los vientos de aquella época, se hundieron aunque no todas. Por lo que cuando la coalición ateniense y platea antipersa y los persas con sus mercenarios griegos se encontraron en Maratón, la flota persa estaba ya muy mermada.
Respecto a los muertos persas, Heródoto dice que murieron 6.400 hombres, lo cual es probable en palabras del profesor Quesada dentro de una persecución.
Pero hay otro dato de Heródoto que es difícil de creer por la investigación moderna y es la distancia que recorre el ejército griego en la carga inicial contra los persas. Heródoto dice que es de una distancia de entre 1420 y 1800 m, más o menos 1500 m, esto, varios historiadores y militares desde el siglo XIX d.C hasta la actualidad, dice el profesor Quesada, que con la panoplia que llevaban entonces, aunque esta no era tan pesada como la del siglo VI a.C, que se componía de coraza o armadura de bronce y aquí llevaban el linothorax, una cota de malla de lino reforzado de peso algo más ligero, en la época arcaica se llevaba muslera, después de Maratón en adelante más o menos, se llevó solo en las piernas las grebas. Y debemos tener en cuenta que quizá algunos aristócratas atenienses lo llevaran porque en las póleis griegas cada hombre en la batalla, llevaba el equipo que sus posibles económicos le permitían, por lo que los aristócratas irían un poco más armados hasta los dientes y las tropas auxiliares llevarían escudo, jabalina y poco más porque eran esclavos liberados, aunque esto no lo menciona Heródoto, sabemos que hubo esclavos por Pausanias, un geógrafo griego del siglo II d.C, que menciona que mucho después, en el año 146 a.C, justo el año en el que se culmina la conquista romana de Grecia, un general griego dejó en libertad a sus esclavos imitando la decisión de Milcíades en la Batalla de Maratón en el 490 a.C. También en la época de la batalla, los cascos griegos eran más ligeros que antes.
En cualquier caso, estos militares con experiencia e historiadores, incluso estudios recientes como los de Donland, o los de Thompson han validado la opinión de que una carrera de unos mil quinientos metros seguida de un combate cuerpo a cuerpo es un imposible desde el punto de vista físico para un ser humano, por muy fuerte o por mucha preparación que tuvieran, que tampoco tenían tanta, pues los únicos ejércitos verdaderamente profesionales de Grecia eran los espartíatas, es decir, el formado por los ciudadanos espartanos de pleno derecho y comandado por los dos reyes, o por uno de los dos, ya lo veremos en 300, y en momentos puntuales, el Batallón Sagrado de Tebas, o si se quiere tomar al ejército macedonio reformado por Alejandro I y más tarde por Filipo II como un ejército griego, también la falange macedónica.
Se considera a raíz de estos estudios que la carrera con el equipo hoplita no pudo ser superior a 200 m. A ver, los atenienses, como casi todos los griegos, eran, los del demos, gente del campo, fuerte, membruda, como dice el profesor Quesada, pero por otro lado, también hay que tener en cuenta que en una ejército griego, y en el ateniense también, estaban desde chicos de dieciocho años hasta hombres de unos 50, casi 60, ya lo veremos con Leónidas, por lo que la agilidad no es la misma en todos, la preparación tampoco etc, y esos eran handicaps también a la hora de luchar. Es difícil cargar manteniendo la formación y la cohesión de la línea durante 1500 m, sobre todo porque es innecesario, ya que un arco persa no alcanzaban sus flechas esa distancia, como mucho cien, ciento cincuenta sí sería eficaz relativamente para herir a los griegos, protegidos por su panoplia, a más distancia sería inútil, sería gastar flechas como concluyen los estudios experimentales, y a más de 200 o 300 m salvo alguna flecha que llegase planeando es imposible.
Por tanto, todo indica que al inicio de la batalla lo que se produciría sería un avance controlado, regular y a buen paso, rematado en los últimos cien o ciento cincuenta metros por una carrera. Pero la distancia que propone Heródoto es a todas luces, en opinión de la mayoría de los especialistas, imposible y exagerada, sobre todo si va seguida de un combate cuerpo a cuerpo, esto es cierta tendencia del de Halicarnaso, que aunque a veces en su obra se muestra objetivo a pesar de ser griego, otras, pone a los griegos como héroes capaces de hazañas colosales.
El argumento que se esgrimen para la imposibilidad de tal carrera, es que esta se desarrolló en la lluvia de flechas persas en medio de la que luchaban los griegos y que se muestra en objetos artísticos como un lécito ateniense contemporáneo en el que se muestra a los dos ejércitos y a los griegos envueltos en la lucha y en una auténtica lluvia de flechas, que la muestra el profesor Quesada en su conferencia, flechas que también tenemos documentadas por las puntas de bronce que han aparecido en la zona de los túmulos funerarios desde el siglo XIX d.C.
Otro problema que plantea esta batalla y que no termina de entenderse, es la extraña actuación de los vencidos una vez acabado el combate. En lugar de cruzar el Egeo y volver a Asia, los persas retroceden a la isla de Eubea para recoger a los prisioneros eretrios que habían hecho durante la destrucción de la ciudad, ya que recordemos Eretria ayudó también a los jonios rebeldes de Asia, prisioneros griegos que luego deportarían a Asia, quizá a Babilonia., rodearon el Ática por el Cabo Sunion, donde hoy está el templo en ruinas consagrado a Poseidón, el dios del mar, para entrar en Atenas directamente, por eso luego Filípides en la película dice que tienen que ir al puerto del Pireo en la periferia de Atenas, porque los persas entran por ahí, pero el Pireo estaba o apunto de construirse o ya en construcción pero no terminado, el puerto en el que iban a desembarcar, y en el que desembarcaron fue el de Falero, por lo tanto, otro fallo. Esta no es la actuación de un derrotado, quizá Datis y Artafernes no se sintieron tan derrotados y pensaron que llegarían antes que el mensajero de los atenienses, que en la película es Filípides quien va corriendo desde Maratón a Atenas los 42 km siguiendo la creencia popular, pero que como he dicho al principio no fue él. Heródoto dice que un traidor griego, quizá en la película el prometido de Andrómeda, animó a los persas haciendo señales con un escudo, a que tomaran Atenas.
El caso es que este muchacho, no Filípides y como se llamase, aunque la historia es dudosa, parece que llegó antes a Atenas que los persas, dijo: -"Hemos vencido", se murió de todo el esfuerzo (carga, lucha y carrera para el aviso de la victoria), y, esto sí seguro, cuando los persas llegaron a Atenas, se encontraron al ejército ateniense, que había seguido a este muchacho, esperándolos, y ahí sí, los persas desistieron y se retiraron de Grecia porque se acercaba el invierno y por las propiedades del clima, los ejércitos de la Antigüedad combatían siempre en primavera o en verano.
Como digo, no tenemos fuentes persas de estas Guerras Médicas, por lo que no sabemos cómo presentaron Artafernes y Datis a Darío su derrota en Maratón, si como la estrepitosa derrota que fue en realidad, o como una pequeña escaramuza, en todo caso, con victoria griega. Pero, al menos había cumplido uno de los dos objetivos de la expedición al castigar y destruir a Eretria, así como al deportar a sus habitantes.
Hay muchas pruebas de la existencia de la batalla, no sólo el relato de Heródoto, algunas más o menos de poco después, otras muy posteriores: vasos funerarios quemados como ritual de honra a los caídos atenienses en la batalla, un túmulo excavado por Marinatos, una estela epigráfica que muestra los nombres de los caídos que donó Herodes Ático, un grecorromano rico, al lugar de la batalla, un monumento a Calímaco, las Metopas del Partenón y demás templos de la Acrópolis ateniense con la guerra contra las amazonas, simbolizando quizá los contingentes escitas de los persas, o la gigantomaquia, la guerra entre los dioses y los gigantes, simbolizando la victoria, como también la simboliza el monumento en la misma Maratón a la batalla, erigido en el año 480 a.C, un epitafio en el santuario de Apolo en Delfos y otro en el de Zeus de Olimpia, los dos panhelénicos, además de más obras de cerámica...todo ello lo repasa el profesor Quesada en su conferencia.
Respecto a la panoplia de los griegos y de los persas en general están ambas bien representadas, pero ya digo se ve a los griegos portando escudos largos, y eso era típico de los pueblos orientales, no de los helenos, aunque también portan el aspis, el escudo redondo, eso sí está bien, los persas no disparan flechas en ningún momento, cuando ya digo esto está documentado tanto por escrito como arqueológicamente, y además sabemos que los griegos ven la figura del arquero como la de un cobarde, por eso ellos no tenían y luchaban cuerpo a cuerpo. Además luchaban cargando contra la línea enemiga y en esta época la formación de la falange era siempre la misma, línea de 8 x línea de 8, salvo por el apaño que hace aquí Calímaco, habrá que esperar hasta la invención de la falange en formación oblicua del general tebano Epaminondas en la primera mitad del siglo IV a.C para que ese esquema militar griego cambie. Y no se tiene constancia de que Filípides hubiera arrojado rocas a los persas, pero igual sí. Salvo, esos fallos y que sabemos muy poco de la disposición de los ejércitos y de la resistencia del centro griego, por eso no puedo decir que hayan fallado ahí también, pues cualquier representación que se quiera hacer, de momento será siempre especulativa, ya digo lo demás de la batalla sí está bien representado (Quesada, 2021).
Andrómeda, que lleva el nombre de una princesa de la mitología griega de origen asiático con la que Perseo, el semidios aqueo abuelo de Heracles y fundador de Micenas, da origen a la etnia persa según los griegos., sale mucho a la calle durante la película y la mujer aristócrata griega en Época Clásica (finales del siglo VI a.C, todo el V y casi todo el IV a.C) estaba recluida en el Gineceo, su espacio de la casa, de donde casi nunca salía. Otro fallo. Además, al margen de toda la trama de líos amorosos entre ella, su prometido, Filípides, su padre, y la mujer micena enamorada de Filípides que al final muere, que posiblemente esa trama sea toda mentira y ni con esos nombres, salvo el de Filípides, aunque es verdad que los griegos tenían algunos nombres mitológicos, pues para ellos esos personajes no eran míticos, sino que hasta el siglo III a.C fueron personajes históricos., no es menos cierto que el matrimonio por amor entre los dos cónyuges es un invento burgués del siglo XIX d.C y era el padre o en caso de orfandad, tío o hermano mayor de la novia quien decidía la pareja de la muchacha, así que lo de que su padre le arregle el matrimonio está bien reflejado.
Puede parecernos extraño que luego comprenda el verdadero, según la película, amor de su hija hacia Filípides y les dé su permiso para vivirlo, pero aunque no fue él quien fue de Maratón a Atenas, sí que es cierto que como vemos al principio, Filípides era un atleta afamado. Los atletas triunfadores en los juegos deportivos, en el mundo griego antiguo eran auténticas estrellas y eran respetados y muy admirados, como pueden ser ahora el baloncestista LeBron James o los futbolistas Cristiano Ronaldo y Lionel Messi o en quien queramos pensar, como dice Fernando García Romero, en su conferencia de los Juegos Olímpicos en la Antigua Grecia, también de la Fundación Juan March (2020), por lo que tampoco hubiera resultado esto tan raro, si es que fue verdad. Pero bueno, en la trama amorosa ya digo no me voy a meter porque mi objetivo con esta entrada era comentar la Primera Guerra Médica y la Batalla a través de la película, batalla, que más allá de la propaganda que pudiera tener, y que de hecho tuvo, por parte de los vencedores, tiene una importancia capital en la configuración de los acontecimientos posteriores, incluyendo en el desarrollo de nuestra sociedad occidental actual con la democracia como paradigma de la forma de gobierno más perfecta de todas las posibles, democracia que es germen de la igualdad ciudadana en derechos, y que hubiera quedado abortada de haber caído el ejército griego en Maratón o de haber conseguido Artafernes y Datis tomar Atenas.
Tras su derrota en Maratón, los persas continuarán con sus ansias de venganza sobre Atenas, y de ser cierto el episodio del asesinato de los heraldos persas, también sobre Esparta, y diez años después, ya bajo el reinado de Jerjes I, el hijo de Darío, realizaron otra invasión del territorio helénico en la península de los Balcanes, que fue de nuevo repelida por otra coalición de resistencia de póleis griegas, entre las que estuvo también Atenas, junto a Esparta y otras, en la isla de Salamina, en la llanura de Platea, -en Salamina gracias a Temístocles, un superviviente de la Batalla de Maratón, pero quien a pesar de estas importantes victorias, luego será despreciado y acabará sirviendo a Persia-, en Mícale y en Eurimedonte, en esta última batalla, en el 467 a.C, ya en el marco de la discontinua, con treguas Tercera Guerra Médica (479 a.C -449 a.C), en donde Artajerjes I, nieto de Darío I e hijo de Jerjes I, quiso llevar a cabo de una vez el plan de sus ancestros, pero al igual que ellos, salió derrotado.
Ante su derrota, Artajerjes impuso la llamada Paz de Calias a la Liga de Delos (una confederación formada por las póleis griegas bajo la influencia de Atenas), un pacto entre ambos, por la que las colonias griegas de Asia Menor se independizan del imperio, a los griegos se les permite comerciar por todo el Egeo, el cual vuelve a ser un mar griego, y los persas se retiran definitivamente del mundo griego. Ya a partir de dicha paz, quitando cierto intervencionismo en los asuntos internos de las póleis griegas más importantes porque les beneficiaba de alguna manera a los reyes persas y deudas entre los dos pueblos muchas veces saldadas mediante matrimonios mixtos, los persas en general, no volvieron a molestar a los griegos.
No sería hasta ciento sesenta años después de Maratón cuando mediante la expedición de Alejandro Magno, el mundo helénico, aunque hay debate sobre si los antiguos macedonios eran griegos o no pero para no hacerlo liante y sencillo y no contradecirme con mis compañeros, vamos a tomarlos como griegos., haga la contraofensiva y gracias al genio militar de Alejandro y a la poderosa falange macedonia creada por su padre Filipo II, ponga fin de esa manera con esa conquista al Imperio Persa Aqueménida en el 330 a.C (Cortés, Murillo, Caparrós, 2021).
De no ser por la tardía autopercepción de la mayoría de los romanos orientales como griegos, en concreto a partir del siglo VI d.C y de que a ellos siempre les molestó que el resto de Europa, en especial los germanos, les dijeran a todos griegos, puesto que seguían siendo un imperio multiétnico, no sólo de griegos, se podrían considerar las Guerras Romano-Sasánidas, entre el Imperio Romano de Oriente, llamado en muchas obras actuales Bizantino, y el Imperio Persa Sasánida, por otro lado colindantes, como una continuación de estas Guerras Médicas, solo que con unos griegos ya cristianizados, aunque todavía no Ortodoxos, y unos persas todavía no islamizados, no musulmanes pero sí algo helenizados consecuencia de la obra de Alejandro y de su sucesor en Persia, Seleuco I el Victorioso, pero no se suele hacer esto en la historiografía. Aún así, quería plantear algo interesante y dar un posible enfoque nuevo, porque lo cierto es que aunque eran ciudadanos romanos y continuadores de Roma en el lado oriental del Mediterráneo, por la cultura y el idioma que tenían, aparte de por la numerosa población griega étnica que tenían, ellos, de alguna forma se sentían herederos de los dos mundos, jurídicamente del mundo romano y culturalmente, del mundo griego tanto Clásico como Helenístico, que se enfrentó a la Persia Aqueménida, como ellos se enfrentaban a la Persia Sasánida. El griego que hablaban provenía de la koiné dialektos (lengua común) que instauró Alejandro, su imperio, si nosotros superponemos el Imperio Romano como tal, el Imperio de Alejandro y el Imperio Romano Oriental, el territorio de este último es la única parte que es heredera directa de los dos, porque es la única que coincide, ellos, a pesar de que era un personaje pagano (no Cristiano), veneraban a Alejandro, que para ellos era el paradigma de griego triunfador y gracias al cual todos los habitantes del imperio hablaban griego.
Y al parecer, también lo entendían así los persas Sasánidas, sus enemigos. quienes se consideraban herederos del Imperio Aqueménida, de los persas Aqueménidas, habida cuenta entre otras pruebas, de un documento persa de época Sasánida en el que se menciona a Sikander (Alejandro), pero no con el sobrenombre de Magno, sino de Maldito, Sikander el Maldito, claro, si los romanos orientales eran sus enemigos y se consideraban herederos de Alejandro, ellos no van a venerar a Alejandro porque sería como una traición, y entre eso y que fue un invasor extranjero de Persia y el causante de un largo gobierno no iranio del país, además del destructor de una joya de ciudad como era Persépolis, pues lógicamente no lo llamaban Magno y no lo querían "ni en pintura".
Así pues, hasta ahí e incluso hasta hoy llegan las consecuencias, los ecos, no solo en la falsa historia de Filípides, de la Batalla de Maratón, del triunfo de los griegos y de la dicotomía estereotipada entre griegos y persas, civilización y barbarie que esta victoria suscitó.Nada más, un placer, ¡Sed felices!
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PARA SABER MÁS:
Alviz, M., García, L.(2018): La Batalla de Maratón. Editorial Gredos.
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