Muy buenas a todos, una vez más, soy Rulhistorier y en este post, voy a comentar los fallos de la película Siete Años en el Tíbet de 1997, basada en la biografía de su protagonista, el alpinista austríaco Heinrich Harrer, quien se refugió en el Tíbet y conoció y educó al actual dalái lama, Tenzin Gyatso. Harrer es interpretado por un joven Brad Pitt. Harrer vivió los últimos años del Tíbet como país independiente de facto y los inicios de su (re)anexión formal al territorio chino.
Cartel de la película (Filmaffinity, 24/08/2025)La película comienza con una imagen del Tíbet. En ella vemos, entre trompas tibetanas que suenan mientras aparecen los créditos, a monjes budistas, mostrándole respeto a un niño, un niño que está sentado en una especie de trono que le sitúa a más altura que los demás. Ese niño es Tenzin Gyatso, el futuro dalái lama. Y uno de esos monjes le entrega una caja de música con la bandera del Reino del Tíbet en su interior.
Pero primero, vamos a ver un poco, de forma esquemática, de dónde viene el pueblo tibetano geográfica, genética, lingüística y culturalmente.
Desde un punto de vista geográfico, el pueblo tibetano habita la región histórica-cultural del Tíbet, actualmente, parte de la República Popular de China, la China del sistema mixto, la continental, China-Pekín. Dicha región histórica tibetana se asienta sobre la meseta homónima, en el sureste de Asia Central, en el lado cis-himalayo, es decir, justo al norte de la Cordillera del Himalaya.
Delimitada por la Cordillera Karakorum al noroeste, los Montes Kunlun al norte, al noreste los Montes Qilian, y al este y al sudeste por los bosques donde nacen grandes ríos de Asia como el Yang-Tsé (Azul) o el Mekong, la Meseta Tibetana, cuatro veces más grande que Francia, es también la más alta del mundo, con 4.900 m de altitud. Repasemos geografía. Recordad que la latitud indica la distancia de un lugar con respecto al ecuador, la línea imaginaria que divide horizontalmente la Tierra en dos hemisferios simétricos. Y la altitud, no confundir, indica la distancia de un punto con respecto al nivel del mar, este último, que sería el "punto 0". Esto haría del Tíbet, si fuera independiente, la nación más alta (a más altitud) del mundo.
El pueblo tibetano, como todos los pueblos del mundo, por lo cual el fallecido genetista italiano Cavalli-Sforza desmontó el concepto de raza (Tancredi, 2018), es resultado, según varios artículos científicos, basados a su vez en estudios genéticos y arqueológicos, de la mezcla e interacción de varios grupos humanos, más en concreto, de los siguientes:
Los tibetanos son descendientes de una mezcla de poblaciones: autóctonos de la meseta tibetana que la habitaban desde la Prehistoria, entre ellos el Hombre de Denisov, que les transmitió el gen que les permitió vivir a gran altura, y migraciones posteriores de Asia del norte y del sur, están mezclados con poblaciones nepalíes y de India, y oriental (AA. VV. 2023, 2016; A.A.V.V., 2022, 2016, 2022).
También hubo intercambios culturales muy tempranos con poblaciones de lo que hoy es el norte de China (en el Paleolítico Superior o Epipaleolítico, hace unos 6800 años) (A.A.V.V. 2023).
De todo esto se concluye que los tibetanos son un pueblo con una ascendencia muy antigua, los que en parte fueron sus antepasados llegaron a la Meseta Tibetana en el Paleolítico Superior, y a la vez diversa. En cualquier caso, aunque autores afines al gobierno de Pekín intentan conectarlos o hacerlos de origen chino, los tibetanos no eran chinos, y así lo dicen varios autores (Alemany, 2021).
Ahora, a modo de introducción también, voy a esbozar brevemente la Historia del Tíbet para contar lo que nos interesa comprender de la película. Los tibetanos estaban divididos en tribus y clanes y tenían una religión chamánica, muy típica en los pueblos asiáticos antiguos como los mongoles y los turcos con Tengri, llamada Bön; con prácticas esotéricas, relacionadas con creencias en poderes ocultos, en la que los demonios y los espíritus son parte de la naturaleza, en lugar de seres sobrenaturales, que actúan según actúe la gente (parecidos a los elfos, duendes, gnomos o demonios de Occidente), animista, con tres niveles o mundos de existencia, veneración a las montañas, oráculos, conjuros, rituales, exorcismos con los espíritus malignos, con muchos símbolos, como la esvástica, que no es un símbolo exclusivo de los pueblos indoeuropeos y cuyo origen no ha podido establecerse aún con exactitud. La religión Bön tiene como objetivo ayudar a cada uno a alcanzar su estado primordial de cada uno/a (UNED, 2017).
En el siglo VII d. C Songten Gampo consiguió unificar a las tribus tibetanas y crear un gran Imperio Tibetano en lo que hoy son Nepal, Bután y China occidental. Por esta gran extensión había rivalidades con el Imperio Chino Tang. Pero estas rivalidades no se dieron siempre, a veces había pactos amistosos. Songten se casó con la princesa china Wencheng y ella, que era budista, fue quien convenció a su marido de introducir el budismo en el Tíbet. Los gurús (maestros) indios Padmasambhava y Vimalamitra introdujeron el budismo en el reino.
Otro hito importante es el comienzo en el Tíbet de la tradición de los lamas. En 1578 el líder mongol Altan Kan se alió con la escuela Gelugpa del budismo tibetano (los del gorro amarillo que salen) y declaró el budismo la religión oficial de Mongolia. Altan Kan nombró al monje tibetano gelugpa Sonam Gyatso dalái lama, que en una combinación de mongol y tibetano, significa maestro (lama en tibetano) universal (dalái, océano, ecuménico en mongol). Los dos precedesores de Sonam también fueron nombrados dalái lama, así se inició la tradición lamaísta en el Tíbet.
El tercer y último hito relevante es la adquisición del poder político por parte del Dalai Lama. Esto ocurrió cuando en 1642 Güshi Kan, un líder mongol budista del pueblo de los oirates que estableció en el Tíbet el Khanato Khoshut, nombró al quinto dalái lama,Ngwang Lobsang Gyatso, gobernante de facto del Tíbet central, inaugurándose el gobierno teocrático (religión y Estado son uno) en la región (Schmitz, 2025).
Entre 1721 y 1791, los emperadores manchúes de China, los de la Dinastía Qing, anexionaron el Tíbet, entre otras regiones, al Imperio Chino y dieron al territorio de China su forma más o menos actual (Álvarez, 2021). Como hicieron los mongoles, los Qing también establecieron en el Tíbet un patronato político-religioso. En este, la Dinastía Qing reconocía la autoridad religiosa de la orden budista de Gelugpa (los del gorro), no sólo en el Tíbet, sino en toda China, aunque con libertad de culto, y a cambio, en el plano religioso, la autoridad del dalái lama se mantenía y en el secular (no religioso, mundano) la autoridad la tenía la Dinastía Qing, y por tanto, en lo secular, el Tíbet quedaba sometido a las leyes imperiales como cualquier otra provincia del imperio (Artaza, Guan, 2024).
Pero un aumento de la población a causa de la expansión provocó pobreza en la población rural, la mayoritaria del Imperio Chino. La competencia en los exámenes para la burocracia imperial (mandarinato) aumentó, ya que hubo una desproporción entre el número de puestos (lo que serían en la actualidad las plazas ofertadas) y el de aspirantes que se presentaban a ellas, lo que dió lugar a que mucha gente se quedara fuera del proceso y furiosa, las Guerras del Opio con el Imperio Británico provocaron importación ilegal de opio desde la India (parte del Imperio Británico) como droga, lo que causó adicción a muchísima gente, y un déficit comercial de la reserva de plata, también hubo disturbios que hubo que reprimir. Para costear todo esto, la carga financiera del Estado aumentó.
Todo esto, unido a la intervención cada vez más intensa en el Imperio Chino, de Japón y de las potencias occidentales, que los Qing no eran capaces de controlar, a que los Qing no eran chinos, sino manchúes, siendo la población de China de mayoría étnica Han, y al inicio de la cociencia nacional entre los intelectuales chinos fruto del contacto con las ideas de Occidente, llevó al descrédito de la dinastía Qing por parte de muchos de sus súbditos (Carvajal, 2023).
Así, el 10 de octubre de 1911, una coalición compuesta por el ejército, los bancos y la burguesía declaró la República en China, era el comienzo de la Revolución de Xinhai, la cual abolió la monarquía en China para siempre. El 1 de enero del año siguiente, la república se proclamó finalmente, y los regentes del niño emperador Puyi firmaron su acta de abdicación el 12 de febrero (Wood, 2017; Gomà, 2005) dando así por finalizada la milenaria etapa imperial y la revolución.
Ya que el Dalái Lama era leal a la Dinastía Qing y esta había sido derrocada, en 1913 el 13.º dalái Lama declaró la independencia unilateral del Tíbet de la flamante República de China (vamos, que se marcó un Puigdemont). Esta soberanía de facto sólo fue reconocida por Mongolia exterior y por "causa común", ya que esta última también pertenecía al recién caído Imperio Chino y también declaró su independencia unilateralmente de China, aprovechando la revolución que acabó con la forma de gobierno imperial para dar paso a la República de China. Pero, en el ámbito internacional, ningún país reconoció a Tíbet y a Mongolia exterior como Estados independientes excepto ellos entre sí, ya que a ningún país le interesaba comenzar con malas relaciones con la flamante y recién nacida República China.
Aunque en cuestión de soberanía plena este gobierno tibetano no fue reconocido internacionalmente salvo por ya digo, Mongolia exterior; en cuestión de su autonomía, que no es lo mismo que soberanía plena, el gobierno tibetano sí era tratado como tal por los demás países, -excepto China-, aunque estos siguieran viendo al Tíbet como una región china. De hecho, hacía unos años, en 1904, los británicos enviaron un importante contingente militar e invadieron la capital, Lhasa, matando población, y abrieron la frontera con India, que era posesión británica.
Aunque esta provincia del Tíbet que creó la administración imperial de los Qing no se correspondía en sus fronteras con el glorioso reino histórico, pues partes de este fueron otorgadas a la provincia del Turquestán Oriental (hoy región autónoma china de Sinkiang), así como la zona nordeste del Tíbet fue separada para crear una nueva provincia: Qinghai. Así pues, el Tíbet veía reducido su territorio, algo que suelen hacer los gobiernos autocráticos con los pueblos con una identidad muy marcada, a los que someten, para evitar el surgimiento de esa identidad y evitar revueltas.
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| China en 1820 con la región histórica del Tíbet fragmentada (Wikipedia) |
Pero la República de China, surgida de la Revolución de Xinhai en 1911, era muy inestable internamente y sin un poder consolidado, ya que su primer presidente, elegido de forma provisional, Sun Yat-Sen, enseguida dejó el cargo, y su sucesor, el general Yuan Shikai, que había traicionado al emperador, se volvió cada vez más autoritario (Sanmartín, 2020). En estas, además, el 28 de julio de 1914 estalló la Primera Guerra Mundial, al asesinar un terrorista serbobosnio al archiduque Francisco Fernando de Austria-Hungría y a su esposa, durante una visita en Sarajevo (Bosnia-Herzegovina, Imperio Austrohúngaro), por lo que las potencias, centradas desde ese momento en movilizar tropas, exaltar los sentimientos nacionales y de enemistad al bando contrario y en seguir armándose, dejaron de tener interés en el Tíbet y se retiraron de allí.
Es este Tíbet, no reconocido como Estado, pero independiente en la práctica, con su propia moneda, bajo el gobierno del Dalái Lama, su propio ejército, con relaciones diplomáticas con otros países, incluidos todos sus vecinos, libre de presencia extranjera, y que constituía un microcosmos de feudalismo con una sociedad estamental y rural, en un mundo moderno, el que nos encontramos en la película (Miguel de Lys, 2021).
Del Tíbet la acción da un salto a Austria en el año 1939. Austria llevaba un año anexionada a Alemania en lo que se conoció como Anschluss. Esta se hizo porque el nazismo, ya en el poder en Alemania desde 1933, es un nacionalismo alemán extremo. Según Ernest Gellner, el nacionalismo es un principio político que sostiene que debe haber congruencia, es decir, una relación lógica, entre la unidad cultural (la etnia) y la unidad política (el Estado). Pese a que los austriacos son alemanes desde los puntos de vista genético, cultural y lingüístico, por una guerra que tuvieron Austria y Prusia (otro estado alemán) en 1866 y por uno de los puntos del Tratado de Versalles de 1919 posterior a la Primera Guerra Mundial, terminaron por formar dos estados separados.
Pero claro, si el nacionalismo sostiene que una misma etnia debe de estar en un sólo Estado, los austriacos son alemanes como quien dice y Hitler era austriaco pero nacionalizado alemán, y no sólo se sentía alemán sino que además, era un nacionalista alemán furibundo como sabemos, pues, lógicamente, él era uno de los muchos austriacos, otros muchos no, pero bueno; que veía en esa separación de Austria de Alemania, un escollo, un impedimento, para la consecución de una unficación alemana completa, ya que, según el principio del nacionalismo, las paces de Praga en 1866 y de Versalles en 1919 dejaron a una parte de la etnia alemana, que ya se afirmaba como nación, fuera de Alemania. Entonces esto contradecía tal principio.
Es por esto que, como Hitler pernsaba que los austriacos eran alemanes fuera de su patria por los ardites injustos de la paz de la I Guerra Mundial, impuestos por las potencias vencedoras a la nación alemana, pues, como para él el Tratado de Versalles fue una humillación para la etnia alemana (y esto es una de las pocas cosas en las que todos los historiadores le damos la razón, dicho esto sin blanquear yo a Hitler o al nazismo), se pasa el Tratado de Versalles por el forro del único testículo que tenía, como llevaba haciendo desde que llegó al poder en Alemania, y organiza un plebiscito un tanto manipulado, sin contar con toda la población y coaccionando a muchos austriacos para que votasen a favor de la anexión o incorporación de Austria a territorio alemán.
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| Papeleta de la votación del referendum de anexión de Austria a la Alemania nazi (La Casa de Ana Frank) El plebiscito estaba manipulado porque, como veis arriba de estas líneas, el círculo del "no" (nein) es más pequeño y menos visible que el del sí (ja), que es mucho más grande... y no fue un voto secreto porque había oficiales de las SS (las Schutzstaffel, Escuadras Paramilitares nazis), que revisaban cada papeleta...tengo yo curiosidad por saber qué le pasaba a quien votaba que no, que no lo sé, pero seguro que no era nada bueno. Además, al no ser secreto y estar el voto coaccionado, por mucho que tanto los propios nazis como los demás países, en un intento de contentar a Hitler para no provocar otra guerra mundial, lo revistieran de democrático, sólo por la coacción y hacer públicos los votos, ya no lo era. Además, otra razón por la que no fue democrático fue porque no reflejó la voluntad de todo el pueblo austriaco y no la reflejó bien. Sólo votaron aquellos que no eran de izquierdas o no eran judíos o de origen eslavo. Y también se manipularon los resultados. Por ejemplo, en un pueblo del Tirol salió que no, es decir, que la mayoría de los habitantes de la localidad no estaban a favor de pertenecer a Alemania, pero no recuerdo si no contaron el voto u obligaron a aquellos que votaron que no a cambiar el voto y votar que sí (Murillo, Caparrós, Cortés, 2022; AA.VV., 2014). El caso es que finalmente, Austria se integró en Alemania, por eso vemos todos los edificios adornados con la bandera del III Reich (Alemania nazi). En el coche, conocemos al protagonista de la película, Heinrich Harrer, en cuyo diario está basada, y quien va a ir al Himalaya. A su llegada a una estación vemos que Harrer es alpinista, que no se siente alemán sino solamente austriaco a pesar de la anexión y de que es miembro del Partido Nacional Socialista Obrero Alemán (el Partido Nazi), el único permitido, que va a participar en una expedición de montañismo o alpinismo al Nanga Parbat, la novena montaña más alta del mundo, en el Himalaya pakistaní, y que su esposa está embarazada, por lo que no está muy contenta, como es lógico, con la idea de dar a luz sin él. Pero, ¿Qué hacen o qué buscaban los nazis escalando el Nanga Parbat? La respuesta es sencilla, muchos alpinistas alemanes, antes de que Hitler llegara al poder en 1933, e incluso en el siglo XIX, ya lo habían intentado y no habían hecho cumbre. Claro, si los nazis estaban todo el rato diciendo que los arios, a los que según ellos pertenecían los alemanes, eran la raza superior, pues ya era como una especie de reto, tenían que ir hasta que algún germano (ario, para los nazis) hiciera cumbre. Harrer le dice al jefe de la expedición que le dé dos sherpas. En un principio, sherpa se refiere a alguien de este grupo étnico de los países del Himalaya, pero, como suelen hacer de guías a los montañeros o visitantes, el término ha acabado por designar a cualquier guía de montaña en el Himalaya, sea de la etnia sherpa o no. Vemos que esos sherpas son tibetanos porque les entregan a los expedicionarios una foto del decimocuarto dalái lama. Al estar en el Nanga Parbat, en lo que hoy es Pakistán, Heinrich Harrer y el resto de la expedición son detenidos por las autoridades británicas, ya que casi todo el subcontinente indio, en concreto lo que actualmente, son Pakistán, India, Bangladesh, y la isla de Ceilán (ahora Sri Lanka) pertenecían al Imperio Británico, y el 1 de septiembre de 1939, el líder de Alemania, Adolf Hitler, invadió la vecina Polonia, ante lo cual, el gobierno británico dejó de titubear de una vez, abrió los ojos sobre qué tipo de persona era Hitler y declaró la guerra a Alemania. La Segunda Guerra Mundial había comenzado. Por lo tanto, la situación les convertía, al ser austro-alemanes e italianos, ya que Italia está en el bando de Hitler por el Eje Roma-Berlín que han formado Hitler y Benito Mussolini, en enemigos del Imperio Británico en su territorio y en prisioneros de guerra. Y ahora, voy a comentar una cosa que me resulta sospechosa: como hemos visto, resultado de la anexión, Austria forma parte del III Reich (la Alemania de Hitler) y está bajo el régimen nazi. En cualquier dictadura la intimidad postal no existe, de hecho, por eso los españoles cuando comenzamos a redactar nuestra constitución en 1977 para convertirnos en una democracia tras las muertes de Francisco Franco y Luis Carrero Blanco, una de las normas que establece la constitución española es que la correspondencia es privada, nadie puede leer las cartas dirigidas a nadie salvo si la persona a quien va dirigida la carta autoriza que sea leída por otras persona...siempre y cuando sea del entorno (familia, amigos...), por supuesto los funcionarios del servicio de correos no pueden leer las cartas, y si alguien lo hace, está cometiendo un delito. Por lo que me resulta extraño que Ingrid, la esposa de Harrer, le diga a su marido en la carta que le envía que la guerra que acaba de desatarse es espantosa cuando es su líder, Hitler, quien la ha provocado. Todas las cartas en una dictadura son leídas y revisadas por si tuvieran, -según los preceptos de esa dictadura-, que ser confiscadas o censuradas. Me extraña que el régimen nazi hubiera dejado pasar fuera de las fronteras de Alemania una carta de alguien que dice que está en contra de la guerra, lo que podía interpretarse que Ingrid está en contra de Hitler al haberla iniciado este "por el bien de Alemania" según él, ante lo cual habría sido encarcelada y separada de su hijo. Y sin embargo, vemos que la carta le llega a Heinrich a pesar de decir eso Ingrid sin ningún problema y también que a ella no le sucede nada. Lo dicho, esa escena, teniendo en cuenta el contexto y más con la guerra, en la que la correspondencia se revisaba más para descubrir a traidores, no tiene mucho sentido. En realidad Ingrid se llamaba Lotte. Cuando Peter, el jefe de la expedición, y Heinrich escapan del campamento y se reencuentran en una zona de la India Británica, el primero le comenta al segundo acerca de la invasión que estaban llevando los japoneses desde 1931 del territorio chino y de los demás países de las costas del Pacífico asiático. Con dicha invasión dio comienzo la Segunda Guerra Sino-japonesa, en la que los dos principales partidos políticos chinos, el Nacionalista o Kuomintang (KMT), ya de tendencia fascistoide, y el Comunista (PCCh), dejaron a un lado la guerra civil que estaban manteniendo desde 1927 y sus diferencias, y se aliaron para hacer frente al invasor extranjero (Villamor, 2022). Por esto, Peter le dice a Heinrich que si los japoneses se retiran de territorio chino, si Heinrich entrase en el Tíbet, al ser el Tíbet territorio chino de iure, ya que su independencia no ha sido reconocida por ningún país excepto por Mongolia, y, pese a la radicalización fascista del KMT chino, al estar China en el bando de los aliados (junto a la URSS, EE. UU, Francia y el Imperio Británico), es decir, contrario al bando de su país (Eje: Alemania -con Austria dentro-, Italia y Japón), no podría volver a Austria (Alemania), al haberse refugiado en un territorio de un país enemigo del suyo, ya que, lógicamente, por la anexión, los austriacos son alemanes en ese momento. Así que me extraña que hablen del Tíbet y de China como dos países diferentes cuando Austria (Austria-Hungría en aquel entonces) en 1913 tampoco reconoció al Tíbet. Aquí hay que diferenciar también dos conceptos: está lo que se llama, la "China propia" (el territorio chino que está dentro de la Gran Muralla) y la "otra China"·, que es la China ampliada en las campañas del emperador Qianlong de la dinastía Qing en la segunda mitad del siglo XVIII, la cual, incluye el Tíbet, además de otros territorios periféricos a la gran muralla, y que, a grandes rasgos, la "China ampliada", por decirlo así, es la China actual (Álvarez, 2021). Así que puede que estén haciendo referencia a esa diferenciación. También a de tenerse en cuenta el mapa de Asia de la época: Asia en 1943 (Geacron) Es decir, si miramos el mapa, no les queda más remedio que ira al Tíbet, que está de facto relativamente aislado aunque fuera de iure territorio chino, ya que, a la URSS no pueden ir porque al ser austriacos ("alemanes") serían hechos prisioneros por Stalin, al ser del bando enemigo; si van a Afganistán, un Estado tapón entre la URSS y el Imperio Británico, luego tendrían que cruzar por el oeste hacia Irán, que estaba ocupado por los Aliados (el bando contrario al Eje) así que estarían en las mismas, por lo que la única vía es ir al Tíbet por su aislamiento aunque China fuese de los aliados. Así, Peter y Heinrich finalmente optan por ir al Tíbet, y en 1944, tras ser atacados por unos bandidos, llegan de milagro a Lhasa, la capital del Tíbet, una de las ciudades santas del budismo. Heinrich la describe como uno de los lugares más inaccesibles del planeta junto a otra ciudad santa, La Meca, la ciudad santa del Islam, donde sólo los musulmanes pueden acceder, y con mucho encanto, algo que Lhasa sigue conservando en parte hoy en día. Este rechazo a los extranjeros por parte de los tibetanos se nos muestra en la película como motivo de una profecía. Profecías aparte, quizás este rechazo a la entrada de extranjeros se debiera al mal episodio comentado que tuvieron con los británicos en 1904. Este conocimiento del Tíbet por Heinrich Harrer en parte se debía a cultura general y en parte, a lo siguiente. Un año antes de que partiera al Himalaya, en 1938, una sociedad científica nazi, la Ahnenerbe, fundada en 1935 por Heinrich Himmler, cuyo propósito era rastrear los supuestos vestigios de los antepasados arios de los alemanes para demostrar la teoría nazi de la superioridad racial aria sobre las demás razas y de la ascendencia aria de los alemanes, organizó una expedición científica al Tíbet a cargo del cazador y zoólogo Ernts Schäfer y del antropólogo Bruno Beger, con los propósitos de: estudiar fauna, flora y restos humanos de allí, descubrir el origen de la esvástica o cruz gamada, e intentar averiguar el grado de ascendencia aria de los tibetanos mediante medidas corporales, sobre todo craneales. Los nazis pensaban que los arios eran atlantes (habitantes de la Atlántida) que se habían asentado en el Tíbet y en Europa, entre otras partes, tras hundirse la Atlántida y se habían mezclado con los autóctonos, perdiendo su pureza, pero conservando sus tradiciones orales sobre esta migración. Ya que quien cuenta el mito de la Atlántida es el filósofo griego Platón y para los nazis, los antiguos griegos eran de origen ario germánico, así que dieron el relato por cierto. Sobre esta expedición se han dicho teorías sin fundamento, por más que la "ciencia" nazi fuese ilógica, como que fueron a buscar reinos míticos como Agartha o la entrada del reino subterráneo mítico de Shambhala porque pensaban que la Tierra era hueca (Álvarez, 2025), pero nada más lejos de la realidad (Nicolás, Desván TV, 2023; Rámila, 2014). Peter y Heinrich acaban por ser acogidos en Lhasa. En otra escena, la sastre le dice a Heinrich que un tibetano/una tibetana nunca intentaría escalar una montaña —y esto ya es mío, pongamos el Everest que está allí y es su altitud máxima, en la frontera con Nepal, como el Mont Blanc, que está a la vez en Francia y en Italia—. Esto es porque el Budismo dice básicamente que hay que alcanzar el estado de introspección, paz mental y bienestar absoluto, el cual supone librarte de una vez del ciclo de reencarnaciones que tiene el alma según el Budismo y el Hinduismo, y por tanto, del sufrimiento. Este estado es el Nirvana, se puede alcanzar tanto en vida, como lo alcanzó Siddhartha Gautama (Buda) en el siglo VI a.C., como antes de morir. ¿Cómo se alcanza? Eliminando todos los anhelos o deseos que no sean necesarios, teniendo amor a lo que quieras pero sin tener apego a nada. Ya que el tener deseo o apego a algo es lo que causa el sufrimiento según Buda. Por lo tanto, alcanzar la cima del Everest o de cualquier montaña, no ya para un tibetano, sino para cualquier budista en general, sería un deseo no necesario y te retrasaría en el camino al Nirvana, por eso ningún tibetano ha escalado el Everest ni ninguna montaña, y por eso el primero en hacerlo fue un extranjero: el alpinista neozelandés Edmund Hillary en 1953. Mientras están en Lhasa, Peter y Heinrich ven en un periódico la noticia del Día D, que se refiere al 6 de junio de 1944, día de comienzo de la Operación Overlord por parte del bando aliado (Imperio Británico, EE. UU., URSS y China), lo que se conoce popularmente como el Desembarco de Normandía. Esto consistió en una ofensiva aliada en donde tropas británicas, estadounidenses y de la resistencia francesa penetraron en Francia, ocupada por los nazis o por sus afines franceses, por esta región del norte. Esto supuso el inicio de la liberación de la Europa occidental ocupada por los nazis por parte de los aliados, así como el inicio del retroceso del ejército alemán. Es decir, fue el día del inicio de la derrota del Eje en la Segunda Guerra Mundial. Heinrich se entera del protagonismo que están ganando cada vez más los comunistas en la coalición china para expulsar a los japoneses de China y de la rendición de Alemania el 2 de mayo de 1945, dos días después del suicidio de Adolf Hitler en su búnker de Berlín. Heinrich, pensando que por esto podrá volver a Austria, hace las maletas. Pero, la verdad es que en mi opinión era un poco iluso si creía que le iban a dejar vivir en Austria como una persona normal por las buenas, ya que había pertenecido a las S.A (Guardias de Asalto en alemán) y a las citadas S.S., además, aunque estuviera en el Tíbet y no se sintiera alemán, seguía siendo miembro del Partido nazi. Por lo que igual, las fuerzas aliadas de ocupación lo hubieran detenido. O igual no. Muchos de los que trabajaban para el III Reich fueron perdonados a cambio de prestar servicios con sus conocimientos a los países aliados, eso sí, con la condición de que se reeducasen y renegasen de los principios del nacionalsocialismo (nazismo)... y él está haciendo las maletas tan tranquilo... Pero, en ese momento recibe una carta la cual resulta ser una respuesta de su hijo diciéndole que no lo considera su padre, porque, como es normal, no se han visto y no lo ha criado. Esto abate profundamente a Heinrich, ya que, aunque en un principio no quería que su esposa Ingrid (Lotte) tuviera el bebé, luego siente cariño por ese niño aunque ni lo ha visto nacer ni lo conoce. Esto le hace reconsiderar la idea de dejar el Tíbet y se queda. Conoce al decimocuarto Dalái Lama, el actual, Tenzin Gyatso, quien en ese momento era un niño de diez años y le enseña cosas: geografía, inglés... En la película se nos muestran varias señales de mal augurio como la profecía que hay escrita que dice que la entrada de extranjeros traerá mal al Tíbet, que les enseñan a Peter y a Heinrich al llegar, o el cometa que ve la gente una noche. Ya hemos visto que los tibetanos son un pueblo supersticioso y muy religioso, que interpreta muchas señales, o lo que para ellos son señales. Pero, al margen de señales de mal agüero, la invasión del Tíbet de nuevo por las tropas chinas vino por lo siguiente: Tras la rendición del Imperio de Japón el 15 de agosto de 1945, la II Guerra Mundial por fin terminó y las tropas japonesas se retiraron de China. Con la retirada nipona, el objetivo de la tregua temporal de la Guerra Civil China (1927-1949) entre los dos partidos contendientes, el Nacionalista o Kuomintang (KMT) y el Comunista (PCCh), que era expulsar a los japoneses de China, estaba cumplido. Así que, al ser el KMT en esos años de extrema derecha radical y fascistoide, era evidente que las hostilidades con el bando comunista resurgirían y se reanudaría la guerra civil china, como así fue. Dicha guerra civil terminó con el triunfo del PCCh sobre un muy mermado KMT el 1 de octubre de 1949, día en el que Tse-Tung Mao proclamó en la Plaza de Tiananmen en Pekín, la República Popular China, esto es, el Establecimiento de un Estado totalitario comunista de partido único y economía planifiacada por el Estado, en la China continental, es decir, en el territorio chino que se encuentra en Asia continental. Pese a que el gobierno del partido nacionalista había proclamado la república y había abolido el imperio en China en 1912, dicho gobierno reclamó aún así los territorios que había anexionado a China la dinastía recién derrocada. Del mismo modo, el PCCh también reclamó esos territorios cuando triunfó sobre el gobierno nacionalista en la guerra, con la excepción del territorio de Mongolia exterior, al que reconoció como Estado soberano el 6 de octubre de 1949. Por lo tanto, como bien se dice en la película por radio, la primera radio del Tíbet, Mao dijo que el Tíbet era parte de China, y que por tanto, debía gobernarlo China, y que para ello, enviaría tropas del ejército rojo chino allí, como haría también en la vecina Corea del Norte para apoyar a los comunistas norcoreanos comandados por el abuelo de Kim Jong-un, Kim Il-sung, en la Guerra de Corea. Esto recibió como respuesta la negativa del gobierno tibetano, regente del Dalái Lama, puesto que, como era un niño, no gobernaba todavía. Dado que los tibetanos no son chinos y al haber tenido su reino en la tardo-Antigüedad, tienen una identidad muy marcada y se consideran una nación con soberanía propia, en otras palabras, independiente. Ahí en la escena, vemos cómo se arría la que ha sido la bandera del KMT desde 1928 (Sanmartín, 2020), puesto que antes del triunfo del PCCh en la guerra, de iure China estaba gobernada por el gobierno republicano del KMT y el Tíbet era parte de su territorio, así que había delegaciones chinas allí, como vemos por ejemplo en el cuadro de Chiang Kai-Shek, el líder del KMT en la oficina. Claro, y diréis, ¿Pero si el nacionalismo argumenta una única etnia para un Estado, y los tibetanos no son chinos, por qué los nacionalistas chinos decían que Tíbet era de China? Porque pensaban que, con el tiempo, las etnias de origen no chino del territorio chino debían asimilarse en idioma y cultura y mezclarse en mestizaje, con la etnia china como tal, la Han (Ergenç, 2005; Chen, 2014; Liso, 2021). Vemos que el gobierno tibetano expulsó a las delegaciones chinas de su territorio. Así, el PCCh decretó la expulsión de las delegaciones chinas del KMT del Tíbet, como vemos ahí. Bueno, y no sólo del Tíbet, sino de toda la China continental, ya que el Partido Nacionalista y sus partidarios tuvieron que exiliarse a la isla de Formosa, donde restablecieron la República de China, sin el adjetivo de popular, lo que se conoce como Taiwán, otro Estado, como el Tíbet, con reconocimiento limitado y en el punto de mira del Partido Comunista Chino. Stalin, el líder de la URSS en aquel entonces, pensaba que una vez consolidado el comunismo en su Estado, debía iniciar la expansión del comunismo por el resto del mundo y apoyar a los partidos comunistas de los demás países. Por esto, apoyó la independencia de Mongolia exterior de China, que se convirtió en una república comunista en 1924 y a Mao en la China continental. Estas intenciones de Stalin, encendieron las alarmas de los países con democracias y economías liberales, en especial, de Reino Unido y de Estados Unidos, cuya doctrina del destino manifiesto de preservar o llevar la democracia liberal a todo el mundo, se unió a partir de ese momento a la doctrina Trumann, llamada así por el presidente estadounidense en aquel momento, de frenar el avance del comunismo en el mundo, ya que de no hacerlo, EE. UU. eludía su supuesta responsabilidad o incluso podía caer bajo el comunismo, y eso no podía ser porque EE. UU. es un país surgido del liberalismo como sistema económico y político. Es decir, EE. UU. veía la expansión del comunismo como una amenaza al mundo y a su misma esencia, y Stalin, pues eso, veía en EE. UU. un modelo de estado imperialista capitalista feroz que había que derrocar, por esto, comenzó la llamada Guerra Fría en 1945. Se llamó así porque ninguna de las dos potencias emprendió una guerra directa contra la otra, sino que se trató de guerras entre países o bandos en el mismo país, afines a ellas con sus respectivos apoyos. Además, ambos países tenían la bomba atómica, lo que les producía un miedo mutuo de que uno destruyera al otro. Los bandos comunistas eran apoyados por la URSS y la República Popular China, y los liberales capitalistas por EE. UU. y Reino Unido. En este nuevo orden y contexto mundial surgidos tras la II Guerra Mundial, los tibetanos decidieron por fin salir de su aislamiento, de su atraso y romper la "verdad" budista de la no violencia, para defenderse de la invasión del ejército comunista chino. El Tíbet buscó apoyo en EE. UU., enemigo de China por ser EE. UU. capitalista y la China continental comunista con Mao. Era muy difícil armar a un país tan aislado y tan atrasado (aunque con Japón, que también era un país atrasado y aislado por su situación insular en su momento, sí que lo hicieron), así que, después de intentos del Tíbet de pedir ayuda a otros países del bloque occidental además de a EE.UU, el Tíbet no recibió apoyos internacionales (hay que recordar que además de ser la Meseta más alta del mundo y un pueblo difícil de armar, los países acababan de salir de la Segunda Guerra Mundial, si tú sigues enviando a jóvenes a morir por causas que no son las suyas, te arriesgas a que dentro de tu territorio haya rebeliones internas, que fue lo que pasó más tarde en EE. UU. y en otros países, por ejemplo, con la Guerra de Vietnam). Al ver cómo le piden consejo a los tibetanos sobre qué armas usar a Peter y a él, Heinrich deja, la que probablemente sea, la mejor reflexión de toda la película. En ella, dice que, al ver el miedo a la guerra en los rostros de sus amigos tibetanos, recuerda cómo él mismo una vez, cuando su país era parte de la Alemania nazi y él mismo miembro de las S.A, las S.S. y del Partido Nacionalsocialista, abrazó las mismas ideas que está abrazando Mao y la cúpula del PCCh de dominio de un pueblo sobre otro refieriéndose al expansionismo alemán. Aquí vemos dos cosas: una muy importante y es el cambio de Heinrich Harrer a mejor. En la película, evoluciona de ser una persona muy egoísta y egocéntrica, hasta el punto de dejar a su mujer tirada cuando está a punto de dar a luz por considerar más importante escalar una montaña, y de no haber querido en un principio que tuviera al bebé, a cambiar a mejor. También vemos su egoísmo durante la expedición: primero, callándose su lesión, después, rechazando la foto del Dalái Lama porque en ese momento no le importa nadie salvo él y su hijo, a quien no conoce. Bueno, ahí ya va cambiando, pero las escenas en las que no quiso vender sus relojes a pesar de que dijo que lo haría y sí vendió el de Peter con el valor que tenía para él, y la de los celos que muestra al ver que Peter y la modista tibetana se han casado, demuestran que aún tiene algo de egoísmo. Pero, la escena en la que comprende el porqué no matar lombrices de los tibetanos al hacer las obras del cine, la de la devolución a Peter de su reloj y esta reflexión, demuestran el cambio de un hombre egoísta y un tanto racista, a un hombre nuevo, que abre su mente para respetar a otras personas, religiones y culturas y se vuelve menos individualista y más compasivo, en definitiva, vemos cómo todo lo vivido desde que se va de Austria y su estancia en el Tíbet vuelven a Heinrich mejor persona. También vemos cómo el gobierno de Mao decide parar la violencia e intentarlo por la vía diplomática. A la llegada de los generales chinos en un avión, vemos la ignorancia tecnológica que tenía el pueblo tibetano, ya que todos se ponen al lado de la pista de aterrizaje y al aterrizar el avión chino, todos los tibetanos a los lados se ponen perdidos por el polvo que se levanta. Los generales pisan la mandala que han dibujado los monjes en el suelo, lo cual es una ofensa, pues las mandalas, en el budismo y en el hinduismo, son símbolos de transmisión de paz y armonía. Al salir sin lograr ningún resultado, ya que el Dalái Lama es un niño y tiene conocimientos limitados de política, uno de los generales dice a los tibetanos, con desprecio, que la religión es un veneno. El comunismo tiene su base teórica en el marxismo; estas son las ideas del filósofo e historiador Karl Marx. Marx decía que "la religión era el opio del pueblo" puesto que para él, y para los comunistas, es un instrumento más de alineación del que se dota el capitalismo para no hacer ver al trabajador su pésima situación y que no se rebele por ella, ya que promete al proletario (obrero trabajador de una fábrica) y al campesino, un lugar en un paráiso al morir y le hace fijarse ese objetivo en la vida, haciéndole conformarse y callar ante su dificil situación en la vida terrenal, en donde según el marxismo o comunismo, es explotado por su jefe burgués y es privado de todo el fruto del esfuerzo de su trabajo mediante la plusvalía (los beneficios del capitalista jefe de la empresa que se lleva sentado en el sillón mientras sus trabajadores hacen trabajos pesados y de movimiento) y mientras, el capitalista burgués del jefe, le da al obrero las migajas, el salario, y si se lo da. Para los comunistas, los empresarios son unos caraduras. Al llegar el avión, la música que tocan es la Marcha de los Voluntarios, el himno de la República Popular China. Por otra parte, aunque es una reflexión conmovedora, no deja de ser un tanto ambigua o confusa si atendemos a las escenas de la película, pues al principio antes de subir al tren, corrige al periodista nazi diciéndole que él no es alemán, que él es austriaco -lo que da a entender que, como dijo él mismo más tarde en su vejez, se afilió a las citadas organizaciones nazis no por ser afín al nazismo o a sus principios, entre ellos, el de que Austria formase parte de Alemania, sino porque al ser el único partido permitido, afiliarse al Partido nazi era el único medio de vivir tranquilo y de realizar su trabajo con profesionalidad- pero, entonces ¿Por qué si al principio dice eso, ahora dice que una vez él mismo tuvo esas ideas de dominio, que eran las del nacionalsocialismo? Esas escenas se contradicen entre sí. Después se nos muestra la batalla de Chamdo, en la que 40 mil soldados chinos con armas modernas de fuego masacraron a 8 mil soldados tibetanos armados con metralletas y arcos y flechas. Así que ya os podéis imaginar quién venció. Las bajas tibetanas fueron unas 3 mil, pero no se sabe si muertos o detenidos porque el gobierno chino no ha dicho nada al respecto. Tras esta batalla se abrieron nuevas negociaciones y finalmente, el gobierno de Pekín y el Tíbet firmaron el Acuerdo de los Diecisiete Puntos en Pekín, en el que, bajo coacción, el Tíbet reconocía ser parte de China y dejaba en manos del gobierno chino sus relaciones internacionales y su comercio exterior (de Lys, 2021). Tras el acuerdo vemos la transformación de la región, donde antes ondeaba la bandera de la República de China pasa a ondear la de la China comunista (la República Popular China), y donde antes había fotos del general Chiang Kai-Shek, pasa a haber retratos de Mao Tsé-Tung y a escucharse la versión en chino mandarín de La Internacional comunista, el himno de los comunistas de todo el mundo, en las radios de los coches de los soldados del Ejército de Liberación Popular (así se llama el ejército comunista chino). Después, Heinrich le recomienda al Dalái Lama que se vaya del Tíbet, cosa que de momento no hace porque dice que es el líder de su pueblo y que no sería un buen ejemplo si huyera. Vemos que Heinrich lo ha preparado todo para su huida, puesto que ya se ha hecho amigo del Dalái Lama y ya no es egoísta. Pero el dalái lama, Tenzín Gyatso, le dice que, aunque lo considera su amigo, no lo ve como un padre, porque no es su padre, le dice que su labor con él ha terminado y le aconseja que vuelva a casa con su verdadero hijo. Y así lo hace, Heinrich, presencia la ceremonia de entronización del dalái lama, que supone su control sobre todo el Tíbet, con toda la pompa, lo reverencia, después se despide de Peter y su esposa tibetana, la modista, y finalmente, del dalái lama, todos demuestran su cariño mutuo y le desean a Heinrich un buen viaje de vuelta. Vemos cómo Heinrich echa un último vistazo al Palacio de Potala y ve a su amigo el Dalái Lama saludándole despidiéndose. De ahí la acción se traslada a Austria en 1951, año en el que el país ya hace varios años que ha recuperado su independencia y es justo en ese momento cuando los austriacos intensifican su sentimiento nacional, y se comienzan a diferenciar con más claridad de Alemania y de sus vecinos alemanes, es decir, a partir de los 50 se empieza a consolidar el sentimiento nacional austriaco. También porque se quieren desentender de todo lo que tenga que ver con Hitler, que era austriaco como ya se ha dicho, con el nazismo y con Alemania. Al igual que allí, en Austria también hubo un proceso de desnazificación y de ocupación y reparto tanto del país como de su capital, Viena, por parte de las potencias aliadas. Entonces, resultado de eso, los alemanes y los austriacos quieren dejar atrás ese episodio tan oscuro de su pasado, ¡Lo que no quiere decir que quieran blanquearlo u olvidarlo, eh, que no! En Austria, Heinrich va a conocer a su hijo, por su rechazo inicial, el niño, que ahora tiene unos doce años, también le rechaza y es esquivo. Pero, y aquí es cuando el espectador se da cuenta de porqué la película empieza con una imagen del pequeño Tenzin, el futuro dalái lama, y del Tíbet y en donde le regalan la caja de música con la bandera del Tíbet; Heinrich le deja a su hijo en la habitación la caja de música que le ha regalada el dalái lama y se va. Ve cómo el niño la observa y de ahí la escena final muestra a los dos, padre e hijo biológicos, escalando una montaña y poniendo una bandera del Tíbet en la cima. Lo que demuestra que han reconducido, o establecido, su relación y que esta es buena. Al final se anuncian datos históricos de cómo ha ido evolucionando el conflicto desde la ocupación del Tíbet por parte del Ejército Popular de Liberación chino en 1950 hasta 1997, año de la película. Dice que entre esos años 1 millón de tibetanos murió como consecuencia de la ocupación del Tíbet por las fuerzas chinas y se destruyeron 6 mil monasterios. En 1956 el gobierno de Mao decidió aplicar sus reformas agrarias, políticas, económicas y religiosas en el Tíbet, puesto que según el citado acuerdo era parte de China y además, para el comunismo, la forma de gobierno del Tíbet, que podríamos comparar con el Feudalismo o el Antiguo Régimen europeo, no es sino una forma más de cómo, según la concepción marxista, es decir, comunista, de la Historia, la misma siempre se ha caracterizado por las relaciones entre las fuerzas de producción, los amos con los medios de producción (que en este caso serían los señores feudales tibetanos o después ya una vez que controla todo el Tíbet, el dalái lama), los opresores, y los productores o la masa productora explotada por los opresores, es decir, los oprimidos, el pueblo tibetano que son todo siervos. Así, según el gobierno chino, con Mao a la cabeza, el Tíbet debía transformarse y abrazar el socialismo, como todo el territorio chino, lo cual en su caso, como en el de otras minorías étnicas como uigures, mongoles o manchúes, implicaba una transformación total desde cero de su identidad, ya que como hemos visto no son un pueblo laico o secular, sino muy religioso. Esta persecución religiosa y destrucción de monasterios se tornó más virulenta. Los tibetanos protestaron, las protestas llevaron a revueltas y las revueltas intentaron ser sofocadas mediante una gran represión (de Lys, 2021). Ante el peligro que esto suponía, entre 1956 y 1959, el dalái lama tuvo que huir de su patria y refugiarse en India, en donde sigue desde entonces. Si bien en la actualidad, ni él ni los tibetanos desean la independencia de China porque eso supondría el hundimiento económico del Tíbet en un mundo capitalista y globalizado como es este, tanto el dalái lama como el pueblo tibetano en general, lo que quieren es que el gobierno de Pekín les reconozca un estatus especial mediante el que puedan practicar su religión libremente y autogobernarse como una democracia moderna, pero reconociendo a Xi Jinping como su presidente y al gobierno chino como su gobierno (Uribe, 2012). En 1989 el Dalái Lama recibió el Premio Nobel de la Paz por sus intentos de buscar soluciones al conflicto con China sin que ninguna de las partes recurra a la violencia, porque haya respeto mutuo entre las dos "naciones" y para que se respete el patrimonio histórico y cultural del pueblo y la región tibetanos. El dalái lama y Heinrich Harrer continuaron siendo amigos en la distancia hasta la muerte de este último en 2006. -En la película pone hasta el día de hoy, pero es que ya tiene unos años--. Aquí se da por finalizada la película. Respecto a las diferencias con el libro del auténtico Heinrich Harrer, no habla de sus defectos, por lo que no sabemos si realmente era tan egoísta como se nos muestra en la primera parte de la película o no, pero si dejó a su hijo, algo debía serlo. Además, lógicamente, si el mismo Harrer escribió el libro, tú cuando escribes un libro no totalmente autobiográfico sobre ti, reconozcas o no tus defectos, no haces énfasis en ellos para no causar al lector una mala impresión de ti. ¿No? Entonces, es normal que en su diario, Heinrich no haga énfasis en sus defectos. En la película, recuerda constantemente a su hijo; en el libro, apenas le menciona, pero el niño no se llama Rolf, se llama Peter. Peter Aufschneiter en la película tiene un papel secundario, en el libro tiene más protagonismo, es ingeniero agrícola y geógrafo y tanto él como Heinrich asesoran a los tibetanos y al dalái lama sobre conocer otras culturas y desarrollarse económicamente. Además, la esposa local de Aufschneiter sí era tibetana pero no completamente, sino medio tibetana medio nepalí, además, se casó con ella en Nepal después de dejar el Tíbet en 1950 con el inicio de la invasión del ejército chino, un año antes que Heinrich. No como en la película, que se casan en el Tíbet y cuando Heinrich se despide de ellos ya están casados. El libro termina con el regreso de Harrer a Austria en 1951, la película con la reconciliación con su hijo, cosa que sí sabemos que ocurrió. Para terminar, hoy en día el gobierno de la República Popular China reeduca a los tibetanos para que asimilen los valores de la cultura Han, la cultura de la etnia china propiamente dicha, y también los del socialismo-comunismo con sistema mixto, porque en la China actual, gobierna el PCCh pero es una sociedad de consumo. El budismo está permitido practicarlo, como todas las religiones desde la apertura del país con Deng Xiaoping desde los años 70. Pero hay grados, el Islam de los Hui (chinos medio persas, medio árabes, medio Han, musulmanes) es menos reprimido que el de los uigures (grupo túrquico musulmán de la región de Sinkiang) porque las regiones autónomas de China, como Sinkiang o el Tíbet, lo único que tienen de autónomas es lo mismo que tiene de democrática la República Democrática de Corea (Corea del Norte), o sea, el nombre. Como bien decía Ernest Gellner en el libro citado (2001), los nacionalismos tienden a la homogeneización cultural, así que lo que siempre ha querido conseguir el nacionalismo chino, primero con el liberalismo y luego con el comunismo, es que las etnias no Han de China se terminen asimilando en todos los aspectos a la etnia Han y mezclándose con ella, para terminar de esa manera, formando una nación china étnicamente homogénea. De hecho, el gobierno da premios económicos a los matrimonios mixtos para fomentar esto, y esta política incluye matrimonios entre tibetanos y no tibetanos, ya los hay, de hecho, desde hace mucho tiempo. Aunque el caso tibetano es el más sonado, la situación de los uigures también es complicada y objeto de una asimilación cultural forzada por parte del gobierno. Pero también otras minorías están siendo objeto de esta política de homogeneización cultural, por ejemplo, los mongoles de la región china de Mongolia Interior, tienen la nacionalidad china y sólo la china, puesto que China no permite doble nacionalidad, y aunque pueden hablar mongol y aprenden mongol, chino mandarín e inglés, en las ciudades el chino mandarín ha reemplazado al mongol como lengua de comunicación mayoritaria. Otro caso donde esto es muy significativo son los manchúes, la mayoría de los cuales ya no hablan manchú sino que tienen cultura y lengua han (chino mandarín). El manchú sólo lo hablan personas muy mayores o muy pocos manchúes, de hecho, Pu-Yi, el último emperador de China, era manchú y no sabía manchú, hablaba chino. La Región Autónoma china del Tíbet se fundó en 1965 y sus fronteras no se corresponden con las del Tíbet histórico, pues la creación de la provincia de Qinghai y anexiones del Tíbet histórico a Sinkiang redujeron sus fronteras con el objetivo de eliminar su identidad nacional. Tanto el gobierno chino como el Dalái Lama despreciaron tiempo después el acuerdo de los diecisiete puntos. Actualmente, el gobierno chino les permite a los tibetanos practicar el budismo y el resto de su cultura, con la condición de que no muestren manifestaciones de independentismo o a favor de la soberanía espiritual completa del Dalái Lama. Bandas musicales como Mecano o Gojira tienen canciones dedicadas a esta figura y a esta situación conflictiva (de Lys, 2021). En la actualidad, el gobierno chino ha construido un discurso para anular la identidad nacional tibetana e integrarla en la china. El gobierno de la República Popular China empeora las relaciones con los países que hacen alusión al Tíbet como nación independiente. En los colegios y escuelas de China se enseña que el Tíbet siempre ha pertenecido a China y que los chinos Han, la etnia mayoritaria del país, y los tibetanos están emparentados por una relación genética primaria muy fuerte. El gobierno de la República Popular China censura o prohíbe cualquier producto que haga referencia al Dalái Lama como la figura líder legítima del Tíbet o a la región como una nación independiente en algún momento de la historia. Cuando las autoridades chinas vieron la película, película que, por lo que sale y por la imagen que da de la República Popular China, huelga decir, está prohibida allí, prohibieron la entrada en el país, en China, a Brad Pitt durante veinte años, hasta 2017 (de Lys, 2021). En general, la película está muy bien para tratar diversos temas históricos como las anexiones forzadas de Austria a Alemania y del Tíbet a China, la ideología nazi, las identidades austríaca, alemana, china o tibetana y cómo un viaje introspectivo puede cambiar tu forma de ver a las personas de otras culturas y de pensar. Un placer y cuidaros. REFERENCIAS: Academia Play [@academiaplay]. (2023, junio, 23). La Guerra sino-japonesa (1931-1945). Youtube. Recuperado 23 de agosto de 2025, de https://www.youtube.com/watch?v=cnSBRqVsGds Álvarez, J. (2021, 1 de diciembre). Diez Grandes Campañas, las guerras que doblaron el territorio del imperio chino en la segunda mitad del siglo XVIII. La Brújula Verde. https://www.labrujulaverde.com/2021/12/diez-grandes-campanas-las-guerras-que-doblaron-el-territorio-del-imperio-chino-en-la-segunda-mitad-del-siglo-xviii . Consulta: 23 de agosto de 2025. Álvarez, J. (2025, 31 de marzo). 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