FILMOGRAFÍA SOBRE Hª DE ROMA VIII: Comentario de la serie Bárbaros, Introducción ¿Qué era para los romanos un bárbaro?
Muy buenas a todos y en esta nueva entrada, tras hacer un breve paréntesis contando los orígenes históricos del actual conflicto entre Rusia y Ucrania por petición de mi tía, retorno a la dinámica habitual de este blog: comentar series y películas históricas para ver hasta qué punto estas nos pueden servir como fuente a la gente que le gusta la historia...pero que le da pereza leer libros gordos.
No me incluyo en este grupo, pues si fuera así, errónea carrera de letras como es Historia, habría escogido entonces. Ya digo, este blog tiene el objetivo de detectar los errores y aciertos históricos de series, películas, o canciones pero no con la finalidad de hacer una crítica destructiva más allá de su utilidad histórica. Son eso, películas, series y canciones. Su principal finalidad no es enseñarnos historia sino entretenernos en lapsos de nuestro tiempo libre o incluso, sobre todo en el caso de la música, a veces hasta emocionarnos o evocarnos recuerdos relacionados puede incluso, con nuestras vivencias personales.
Los realizadores de películas, series históricas o canciones sobre hechos históricos, están en todo su derecho de manipular la historia como ellos o ellas quieran para crear esas obras pues repito, el fin de sus obras no es enseñar historia, son directores, no profesores y sus productos son ficción, no documentales. También este es el caso de las novelas históricas, las cuales, como libros, sin entrar en su historicidad o no, ni tampoco en cómo de verosímil hubiera resultado la ficción histórica que escriben en la historia real, pueden ser disfrutados tanto por aficionados a la historia real, a la lectura o las novelas en general, como por historiadores o arqueólogos, muchos de ellos también escritores de novela histórica como el italiano Valerio Massimo Manfredi. Es más, yo diría que muchas series y películas históricas o canciones sobre historia, hacen aun con sus anacronismos y fallos, una labor de investigación histórica mejor y más encomiable que en muchos documentales en los que te sueltan burradas del tipo: -"Las pirámides las construyeron alienígenas", y se quedan tan anchos/as, -como aquellos o aquellas que han visto un alienígena alguna vez en su vida, como si fueran unos privilegiados, por no hablar de los endebles argumentos con los que justifican tales afirmaciones que no me atrevo ni a llamar tesis. ¿Alienígenas?, Como dicen nuestros primos argentinos, ¡Anda e iros a cagar, boludos!
Es decir, es ficción. Estos cambios son lícitos y no pasa nada, cuando por ejemplo dije que 10000 A.C no hay por donde cogerlo, me refería históricamente hablando, como película es entretenida y no está tan mal. En conclusión, el blog es una excusa para a través de productos populares como los dichos, hablar sobre el hecho, suceso, periodo o personaje histórico que relatan y cómo a través de ellos y en qué grado, se puede aprender historia y que fuera un blog de historia un poco más original que la mayoría, los cuales se limitan a contar periodos de la historia en entradas cual libro de texto y ya está., que es para lo que lo inicié, allá por finales de 2015 cuando estaba en segundo de carrera.
Dichas estas cosas, procedo a comentar cosas que nos permitirán entender la serie de Netflix Barbaren (Bárbaros), producción alemana sobre el desastre romano en el Bosque de Teutoburgo en Germania, es decir, en la actual Alemania.
En el análisis de esta serie me apoyaré en el comentario que hace el Youtuber historiador Promakos. Pero que no se preocupe que no plagiaré. Le citaré como estoy haciendo ahora mismo.
Pero primero, quisiera hacer a modo de introducción, un alto en el título de la serie Barbaren en alemán (Bárbaros en español), ¿Quiénes eran los bárbaros? ¿A quiénes llamaban bárbaros, y sobre todo, para quiénes eran algunos pueblos, bárbaros?
Nosotros, dicho nosotros como pronombre de sociedad occidental actual, empleamos el término bárbaro para designar a alguien incivilizado/a, cruel, iculto/a, que no comparte por tanto, que no tiene como suyos, los valores que conforman dicha sociedad ·"occidental" actual. Así pues, el par de tribus de lo más profundo del corazón de la Selva de la Amazonia brasileña que continúan siendo antropófagas hoy en día, es decir, caníbales, que se alimentan de otros humanos, son o serían para nosotros, bárbaros, porque no comparten nuestro respeto por la vida ajena como una barrera infranqueable.
Pero el término bárbaro, aunque fue usado por los romanos, no tiene ni siquiera, un origen latino, es decir, en la lengua latina, en latín, sino griego, es un préstamo lingüístico del griego antiguo.
Aunque se discute el origen del vocablo, la hipótesis más aceptada, en base a la primera aparición del término en la literatura griega: ¿Homero? Ilíada, Canto II, 865 (¿Homero?, 1996) bárbarophonoi, transcrito "bárbaro-fonoi" (los de bárbara lengua), referido a los carios, un pueblo del Asia Menor (actual Turquía asiática) y Mar Egeo antiguos., es que designaba a los que no hablaban griego (Serrano, 2016., Pascual, 2012) o a los que hablaban un discurso que, para un griego claro, resultaba ininteligible (Espelosín, 2021) y por tanto, no podía entenderse con esa persona o que sí podía hacerlo pero a duras penas. Sin embargo, Roger-Pol Droit especifica cuestionando esto, que en un primer lugar, bárbaro no era para un griego o una griega el/la que no habla mi lengua sino la suya, el extranjero, sino el extranjero, sí, pero que habla mi lengua, que habla griego, pero la habla mal (Droit, 2009). Un pueblo de origen no heleno podía aprender griego y hablarlo pero quizá no correctamente, vamos, que eras bárbaro también si sabías hablar griego aunque no fueras griego de origen, pero no tenías el C1 de griego.
Por lo tanto, tenemos unos primeros elementos de definición del bárbaro que son o haber aprendido griego pero regular, o hablar como lengua materna una lengua diferente de la griega, que por oposición genera en el otro grupo una conciencia de una lengua materna, propia, hablada con la suficiente fluidez por todos sus miembros y por ende compartida entre todos ellos.
Durante las colonizaciones griegas de entre los siglos XII y IX a.C y los siglos VIII y VI a.C, los griegos se expandieron por múltiples puntos de los Mares Negro y Mediterráneo, poblando gran parte de sus costas. Los helenos, por dar al Mar Egeo, un mar interior del Mediterráneo, tenían al igual que otros pueblos de su entorno, como los fenicios o los etruscos, la facultad de comerciar con otros pueblos, entre ellos estos.
Pero este contacto más profundo con otros pueblos que propició todo esto, no hizo que los griegos dejasen a un lado esa altivez que tenían por tener la idea de que encarnaban la civilización, sino que, muy al contrario, lo acentuó aún más (Espelosín, 2003, 2021), ya que al conocer y examinar más en profundidad esas culturas, las vieron como algo extraño y ajeno a la norma de la civilización, que evidentemente, representaban ellos (Pascual 2012, Espelosín, 2021). En estos siglos surgirán en el mundo griego las póleis (ciudades-Estado), por lo que estas pasarán a constituir un pilar principal en el elemento definidor de la helenicidad y por tanto, de civilización, en los siglos posteriores, pues en ella los griegos desarrollaban la vida cívica, la vida social, en contraposición a los otros pueblos, que, además de no hablar griego, vivían todavía en el estadio de organización en sociedades tribales (Pascual, 2012). Y con todo esto se conformará en la mente de los griegos la pertenencia a una unidad cultural y espacial geográfica común: la Hélade, dada la poca compactibilidad de los griegos como civilización, pues solo la lengua, la forma de vida, las costumbres y la religión eran los elementos que los griegos tenían de forma indiscutible como comunes a todos ellos y que les permitieron acuñar dicho concepto para referirse a su propio espacio cultural. Aunque en el siglo V a.C Heródoto lo definiera (VIII.144.2), no hubo un sentimiento de pertenencia a un grupo étnico y cultural homogéneo, pues los criterios para definir quién pertenecía a la etnia helena eran a veces demasiado sesgados y exigentes y la etnicidad griega de pueblos de cuya helenidad no cabría dudar hoy en día, como los etolios, los tesalios y otras poblaciones del noroeste, era cuestionada o incluso en algunos casos negada por los griegos de más al sur.
Así el historiador ateniense de finales del siglo V a.C y principios del IV Tucídides (III, 94.5., II, 80. 5-7., 81.6., IV, 124.1.), llega a decir que, por ejemplo, los etolios aun siendo grecoparlantes, eran bárbaros por su forma de vida rural y un tanto primitiva (Espelosín, 2021., 2020., Sánchez et alli., 2012., Monedero, 2013).
Antes de las Guerras Médicas con los persas, los griegos utilizaban el término bárbaro para designar de forma general a todos los demás pueblos con independencia del grado de civilización de estos últimos (Espelosín, 2021), aunque, como también apunta el profesor Espelosín, según el francés Edmund Lévy, en época arcaica griega la palabra ya tenía connotaciones peyorativas (Espelosín, 2003).
Sin embargo, la estudiosa inglesa Edith Hall en su libro La Invención del Bárbaro nos dice que unos años antes de la época de Tucídides, con la invasión de territorio helénico por parte de los persas, venidos de oriente, en el siglo V a.C, se producirá un punto de inflexión. Debido a los saqueos, destrucciones de templos y violaciones a mujeres griegas que los invasores persas cometieron, el término bárbaro aquí adquirió una connotación peyorativa. A él se asociaron una serie de características inherentes a la cultura persa o más en general, oriental, y que para los griegos acabaron por representar decadencia y crueldad: pasividad de la población ante un gobierno autocrático y monárquico, -pues muchos estados griegos ya habían abandonado la monarquía como forma de gobierno desde la caída de los reinos micénicos en el siglo XI a.C-, frente a la libertad individual de la polis griega., desmesura en la comida y la bebida, frente al término medio que los griegos consideraban adecuado en todo., libertinaje de sus mujeres, frente a la castidad y reclusión de la mayoría de mujeres griegas, las cuales pasaban la mayor parte del tiempo en su espacio de la casa: el gineceo., monarquía vs ciudad-Estado o lo que para ellos era lo mismo: sometimiento vs libertad., diferentes formas de combate y cobardía de los ejércitos persas (ya que los griegos les vencieron y los ejércitos persas se retiraban ante las falanges griegas) y también en la vestimenta: los persas llevaban pantalones, los griegos por su parte, clámides y peplos (túnicas hasta las rodillas o las espinillas), y esto a los helenos les resultaba exótico, así como las diferentes formas de combate.
Las Guerras Médicas producidas por las invasiones persas dieron al término bárbaro su significado actual aparte de no griego y significará también, incivilizado. Así que a partir del siglo V a.C, los griegos encarnaron aun más que antes, el mundo civilizado. "Los incivilizados son "los otros", sus enemigos persas", decían, por lo que a raíz de estas guerras, la victoria griega favorecerá la aplicación casi exclusiva del término, a los persas (Espelosín, 2021).
Con la conquista de las póleis griegas por parte de Filipo II, rey de Macedonia, precisamente uno de estos Estados que era considerado bárbaro por muchos griegos a pesar de considerarse este Estado a sí mismo griego, debido a la vestimenta de sus habitantes, a su arcaico dialecto que a muchos griegos les parecía o una lengua extranjera o un griego mal hablado y mal pronunciado por su poca evolución con respecto a los dialectos griegos hablados al sur del Monte Olimpo, y a las costumbres muy diferentes a de las póleis, -costumbres diferentes que también definían al bárbaro-., el concepto de monarquía empieza a introducirse de nuevo de forma más frecuente en las póleis griegas, pero no viene a sustituirlas, porque la conquista del Imperio Persa por Alejandro Magno, hijo y sucesor de Filipo en el trono macedonio, incorporó el concepto de una monarquía autocrática en ellas y en convivencia con las póleis mismas, pues como ya las ciudades-Estado podían insertarse o quedar insertadas en una monarquía, esta constituyó un elemento "nuevo" y más, de la helenidad o helenicidad (Pascual, 2012).
Precisamente durante esa época (mediados del siglo IV a.C), uno de los partidarios de la conquista de las póleis griegas por parte de Filipo II, el orador, político y educador griego Isócrates, en su discurso titulado Panegírico (4.50) redactado en el 380 a.C, viene a decir, que la polis de Atenas aventajó tanto a las demás ciudades que el calificativo de griego se acabó aplicando más a los partícipes de una educación griega que a los de origen heleno. Vamos, que quien se educara en la cultura griega, ya fuera griego o bárbaro, podía ser considerado griego y así era en muchos casos.
Alejandro Magno, en un intento de reconciliar definitivamente a los griegos con sus enemigos persas, y para ser aceptado por estos últimos como su nuevo emperador, fomentó su helenización (asimilación de la cultura griega por un pueblo no griego) así como la de los egipcios, de quienes fue proclamado faraón, y de los indios del Punjab, en el actual Pakistán, y con ello las definiciones tanto de griego como de bárbaro adquirieron más el sentido que le dio Isócrates. Como griego era quien se educaba en la cultura griega independientemente de si era de origen griego o bárbaro, a partir de las conquistas de Alejandro, en consecuencia, bárbaro era quien no tenía ni orígenes griegos ni tampoco una educación griega (Pascual, 2012) por tanto, desde las colonizaciones griegas y sobre todo con las guerras médicas, se fue asociando el tener o educarse en la cultura griega con civilización, con ser o estar civilizado/a y, por el contrario, barbarie, con no serlo o no estarlo.
La intervención de Roma a finales del siglo III a.C en suelo griego por la Primera Guerra Macedónica (214 a.C - 205 a.C) a causa de la alianza que los romanos querían hacer con los etolios para contrarrestar la alianza que el rey macedonio Filipo V, en su afán expansionista, había hecho con Aníbal y los demás cartagineses, quienes en ese momento estaban invadiendo Italia, es decir, la República Romana, y por tanto en guerra con ella., se tradujo en asedios de ciudades griegas con sus aliados etolios y en la esclavización de sus habitantes así como episodios de violencia y saqueo. Esto les recordó a los griegos de la Grecia central a lo que habían hecho los persas casi tres siglos antes en las Guerras Médicas y poco antes de la intervención romana, también los celtas gálatas procedentes de la Galia, por lo que no fue una buena carta de presentación de los romanos ante muchos helenos, a pesar de que los romanos estaban empezando a helenizarse por la incorporación a su Estado de las ciudades griegas del sur de Italia, zona que por esto los romanos llamaron Magna Grecia. Esto, sumado a que dicha helenización era todavía muy incipiente y por tanto, tenue, y a que los romanos no hablaban griego, hizo que los griegos siguieran considerándolos tan bárbaros como por ejemplo, a los celtas (Espelosín, 2021).
Eratóstenes, ya una vez muerto Alejandro Magno, en época Helenística y concretamente, a finales de dicho siglo III a.C, siguiendo el pensamiento de Alejandro, quien desoyó el consejo de su maestro Aristóteles de tratar bien a los griegos y a los bárbaros como esclavos sino que se basó en la ética, es decir, en el buen comportamiento de unos y otros y no hizo distinciones por criterios de etnicidad., introdujo un nuevo concepto de helenidad (etnicidad e identidad griegas) y helenismo (imitar las costumbres griegas por aculturación) usando como criterio no la etnicidad o la cultura, sino la ética de la excelencia (areteé) o el salvajismo (kakía) (Estrabón, I, 4.9., Pascual, 2012).
Si según la definición de todos estos autores tenemos que quien vive en una organización política, ya sea en póleis, valga la redundancia, es decir, en una ciudad urbanizada, o en reinos., y que usa el griego como lengua culta o vehicular, es civilizado/a, de este modo, en el siglo III a.C quedan definidas cuatro categorías de personas diferentes:
1. Los griegos étnicos.
2.Las personas de origen no heleno que se habían helenizado a través de la asunción completa de la paideia (educación y por tanto, cultura griega) y que por tanto, podían ser considerados griegos.
3.Los pueblos que, sin ser griegos ni helenizados, podían ser calificados como civilizados.
4. Y finalmente, los bárbaros (Pascual, 2012).
Pero Roma, siguió con su expansión por el Mediterráneo, y pasó de ser en su origen un ciudad-Estado y reino a la vez, a ser una república con una extensión más grande que una ciudad y similar a la de un reino o un imperio poderoso. En esta expansión, los romanos conquistaron la Hélade y la llamaron Grecia, pero culturalmente ocurrió a la inversa, fueron los romanos quienes intensificaron su helenización, asimilando las élites romanas la cultura griega.
Gracias a esto, si bien esta helenización no fue completa, pues los romanos tenían un fuerte concepto de identidad latina, sabina y etrusca, y hasta el siglo VI d.C, no adoptaron el griego como lengua oficial sino como lengua culta o vehicular en momentos puntuales y hasta esa fecha siguieron hablando el latín, sí adoptaron algunos préstamos del idioma griego en su lengua latina, uno de los cuales fue bárbaro., ya que con esta helenización, Roma pasó a ser junto con su ahora súbdita Grecia, los paladines, es decir, los representantes por excelencia, de la civilización (Espelosín, 2021., Pascual, 2012). Civilización que se traducía por una vida cívica de sus gentes, con un derecho consolidado, en un espacio urbano o urbanizado y hablando o griego o latín (Pascual, 2012).
Y por tanto, todo lo contrario a esto: el no vivir en ciudades ni en un Estado como tal, el no hablar latín o griego, el no beber vino o beberlo sin rebajar con agua, habitar en latitudes muy altas y con climas extremadamente fríos o extremadamente cálidos y en unas latitudes muy bajas según la tesis de Aristóteles, factores que no permitían el desarrollo de la vida civilizada, el tener unas leyes diferentes a las romanas, no tener una educación griega, ni elocuencia, ni según el geógrafo griego Estrabón de Amasia, tampoco condiciones para una agricultura próspera en clima o en suelo ni estar próximo al mar para favorecer el comercio (Pascual, 2012), tener una indumentaria que para los griegos y los romanos resultara exótica, ni luchar en legiones y con demasiada caballería., constituía para los griegos y los romanos, los rasgos distintivos de los bárbaros, es decir, de los que no eran ni griegos ni romanos, de los extranjeros (Espelosín, 2021).
Esos eran los bárbaros: los extranjeros, los que no eran ni griegos, ni romanos, ni estaban helenizados, ni civilizados. Pero claro, aunque en el 27 a.C Roma se había convertido en un imperio con Augusto como su primer emperador y controlaba gran parte del mundo conocido por los griegos y los romanos en aquel entonces, lo que los primeros llamaban en femenino, la ecúmene y los segundos, en masculino, el orbe., no lo controlaba todo, pues todo el territorio al sur de Cordillera del Atlas, en África, aunque explorado, no era controlado por los romanos, ni tampoco todos los territorios más allá del Canal de la Mancha o Inglés, ni Tracia (lo que sería grosso modo la actual Bulgaria), ni las tierras al norte del Cáucaso, ni más al este de los ríos Éufrates, Elba y Danubio. Esta era la situación en el año 9 d.C, año en el que se sitúa la acción de la serie.
Mapamundi del geógrafo griego de esa época, Estrabón de Amasia (64 a.C - 25 d.C aprox.) (Wikipedia).
Al igual que a raíz de las Guerras Médicas los griegos concibieron a los persas como los bárbaros por excelencia y hostiles a ellos, esta dicotomía Europa vs Asia o lo que para ellos era lo mismo, Occidente vs Oriente, griego vs bárbaro (en especial asiático, persa) se mantuvo en la mentalidad de los romanos una vez hubieron conquistado estos a los fenicios cartagineses tras las Guerras Púnicas. Por tanto, una vez derrotados y asimilados a su Estado los cartagineses, sus enemigos acérrimos pasaron a ser los partos, un pueblo lingüísticamente iranio, es decir, ario, pero no emparentado con los persas, a los que conquistó Alejandro Magno, sino con los escitas, otro pueblo iranio pero asentados al norte de los Mares Negro y Caspio y no al sur como los persas (Youtube, Garrido, 2016).
Situados en el extremo nordeste del Imperio Seléucida (en el actual Irán, resultado a su vez este imperio, de la fragmentación en varios Estados semigriegos-semibárbaros del Imperio de Alejandro Magno después de su muerte en el 323 a.C y gobernado por una dinastía de origen griego macedonio), los partos se independizaron de los Seléucidas aprovechando la confusión surgida por la muerte del rey de esa dinastía en aquel momento, Antíoco II Theos, resultado de las Guerras Sirias (de la Antigüedad) y de que el faraón de Egipto (también griego macedonio, porque Egipto también había sido parte del Imperio de Alejandro al pertenecer antes al Imperio Persa Aqueménida), Ptolomeo III Evergetes, aprovechó este vacío de poder para ver si podía ser también rey del Imperio Seléucida. Así que los partos, al ser iranios, ya cansados de estar bajo el gobierno de extranjeros, en este caso helenos macedonios, pues proclamaron su independencia del Imperio Seléucida y en torno a los años 80 a.C, formaron el suyo propio (Youtube, Garrido, 2016).
Si recordáis el Imperio Parto es al que se enfrentó Craso mientras tenía el llamado Triunvirato, este acuerdo de intereses comunes, con César y con Pompeyo Magno, enfrentamiento con los partos del que os lo recuerdo, Craso cometió un craso error y no salió muy bien parado.
Pero llegado un momento, los romanos empezaron a comerciar tanto con los partos como con los chinos en lo que eran los inicios de la conocida a posteriori Ruta de la Seda, tan apreciada en Roma, y por esto, partos y romanos acabaron echando pelillos a la mar y aunque su enemistad no cesó del todo, durante largos periodos de la historia aparte de enemigos también fueron socios comerciales. Por lo que para los romanos, los "nuevos" arios, los partos, pasaron a ser bárbaros más o menos fiables y más o menos civilizados con los que se podía comerciar y por tanto, en los que se podía confiar.
Augusto pudo transformar la República Romana en el Imperio Romano gracias a que había heredado el poder consular de su tío-abuelo Cayo o Gayo Julio César al ser éste asesinado en el Senado el 15 de marzo del año 44 a.C, puesto que este último así lo había dejado por escrito en su testamento (Youtube, Tobalina, 2021, había dejado por escrito que le sucediese Augusto, no que lo asesinaran).
Julio César al parecer (Youtube, Tobalina, 2021), también dejó por escrito en su testamento que había que resolver (y eso traducido a la mentalidad romana quería decir conquistar) los asuntos con los pueblos de los territorios situados al otro lado del Río Rin, que al momento de la muerte de Julio por asesinato el día dicho, marcaba parte del ya entonces inmenso limes (límite, frontera) oriental por Europa de la, por poco tiempo, República Romana, habiendo conquistado Julio la Galia Comata como ya vimos en el comentario sobre Druidas (2001).
Los pueblos situados al norte del Río Danubio y al Este del Río Rin, vivían en sociedades tribales, en casas, que aunque no sabemos con certeza cómo eran, pues la arqueología, tanto alemana y neerlandesa como extranjera, no ha revelado nada aún, sabemos que tampoco eran como en el Neolítico, como las ponen en la serie, por lo tanto, la primera en la frente, y sin un Estado constituido, es más, sus jefes tribales, aunque a veces eran jefes de varias tribus, lo eran durante un periodo de tiempo corto. Aunque el derecho romano no estaría compilado y redactado hasta el reinado de Justiniano I en el siglo VI d.C, el derecho de estos pueblos no era como el romano, pues por ejemplo la mujer elegía a los esposos y esposas de sus hijos, cosa que también vemos en la serie en la madre de Thusnelda, y precisamente vemos como Varo quiso implantar el derecho romano y eso fue uno de los motivos de la rebelión y traición de Arminio (Álvarez, 2019). Los germanos bebían cerveza en lugar de vino, este último consumido entre otros pueblos, por los romanos, no vestían togas ni túnicas y sus dioses no eran antropomorfos sino que eran invocados como entes abstractos en medio de la naturaleza, posiblemente por influencia de sus vecinos celtas de la Galia., no tenían moneda (César, ca.50/40 a.C) ni tampoco un alfabeto con el que escribir su lengua, aunque del siglo III a.C data la inscripción más antigua que tenemos en ella, escrita en alfabeto etrusco y que se halló en en yelmo en Negau, en el sur de Austria (Villar, 1996).
Aunque he dicho que a partir del reinado de Alejandro Magno los griegos de las póleis terminaron por aceptar la monarquía como forma de gobierno entre los pueblos civilizados y griegos, y no solo entre los bárbaros, en el caso de los romanos, en el siglo VI a.C por las razones que fueran, aunque se dice que fue porque el rey cometió un delito sexual, una violación a una muchacha, pero esto parece ser tan mítico como el rapto de las sabinas, estos adoptan una nueva forma de gobierno: la República y le toman aprensión a la monarquía, a la que asocian con el despotismo y autocracia propios de los pueblos bárbaros, en especial de los de Oriente.
De hecho, a Julio César lo asesinan por eso, porque se había proclamado dictador vitalicio y algunos de sus partidarios y también los republicanos más rancios y de la nobleza, que no querían perder sus privilegios (optimates), ya que César aún siendo dictador aplicaba medidas que favorecían al pueblo, es decir, a la plebe, temían que, al igual que Alejandro, al que el romano admiraba, este acabara adoptando la forma de gobierno de la monarquía absoluta siendo rey y dios en vida, como en Oriente, en parte porque pensaban que la reina egipcia de origen griego macedonio Cleopatra VII había ejercido una mala influencia sobre él.
Por tanto, al igual que les ocurrió a muchos griegos de la Grecia central y del sur a raíz de las Guerras Médicas, los romanos, a partir de la proclamación de la república, en la que el poder pasó del monarca y el Senado a este y dos cónsules, asociaron la monarquía o una forma de gobierno parecida a esta, a un sistema nocivo, propio de los bárbaros, en especial, de los orientales (partos, seres -nombre romano de los chinos-, o indios), pero como estos pueblos comerciaban con los romanos, los bárbaros por excelencia pasaron a ser los pueblos situados más allá de los ríos Rin y Danubio.
En suma, se entenderá entonces que como estos pueblos situados al norte del Río Danubio y al Este del Rin reunían todas estas características, para los romanos eran indudablemente bárbaros, pues no estaban civilizados y lo más importante, no hablaban ni griego ni latín por tanto, los romanos no les entendían al hablar.
Nada más. Muchas gracias por leerme y os espero en la siguiente entrada en donde ya comenzaré a analizar la serie. Adiós, sed felices o intentadlo.
REFERENCIAS:
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