Muy buenas a todos soy Rulhistorier y esto una nueva entrada de mi blog. Aquí seguimos comentando la serie Roma, esta vez el capítulo 10.
En verdad ya digo que la serie en general tiene pocos fallos. Más que nada en este capítulo concretamente hay más que fallos o gazapos históricos a comentar, aclaraciones a hacer sobre ciertas escenas o aspectos de la cultura y vida romanas.
Una cosa destacada a comentar en la serie es la ceremonia del triunfo. Este acto no está mal reflejado y como vemos consistía en un paseo con el victorioso subido en un carro y aclamado por el pueblo. Este honor le era concedido a los magistrados con capacidad para estar o ponerse al mando de un ejército, es decir, con imperium -generalmente cónsules y pretores, pero también en ocasiones dictadores, en época republicana y por supuesto emperadores en época imperial-. Dicho recorrido comenzaba en el Campo de Marte, fuera de Roma, nombrado así como no en honor a este dios, dios romano o itálico de la guerra equivalente al Ares helénico, y terminaba en Roma en el templo de Júpiter Capitolino pues se hacía también en honor a este dios (el equivalente al Zeus helénico, al Tor escandinavo y el Amón egipcio). De hecho en la ceremonia el homenajeado se equiparaba al mismo Júpiter. Si el homenajeado había obtenido una victoria militar de gran importancia -como es el caso de César contra la confederación de tribus celtas galas lideradas por Vercingetórix- el carro en el que iba era de oro. Le acompañaban magistrados y senadores y a su lado una persona le acompañaba recordándole portando una corona que solo era un hombre diciéndole memento mori (en latín: recuerda que morirás), pues como ya digo iba vestido con una toga púrpura "a la manera de un dios" y con la cara pintada de rojo, durante el camino, el cual era engalanado con pétalos a modo del confeti actual que se tiraban por las calles y con coronnae (guirnaldas), tenía que pasar, como su nombre indica por el Arco del Triunfo (pues Napoleón Bonaparte construye el Arco del Triunfo en París precisamente para equipararse a Julio César, uno de sus ídolos, así como a los emperadores romanos). Tras el homenajeado iban (mostrados como trofeos de guerra) los prisioneros. en jaulas para mostrarlos al pueblo (como es el caso del líder de la confederación gala Vercingetórix) Esto es una de las cosas que equiparan como muy bien da cuenta de ello Plutarco a Julio César con Alejandro Magno, pues el monarca macedonio veía a su enemigo Darío III de Persia como un trofeo como ve Julio a Vercingetórix. En dicha ceremonia acontecida en el 46 a. C César ordenó a su término la ejecución de Vercingetórix por ahogamiento, en concreto estrangulamiento. Esto significó el fin de la resistencia de los celtas de las Galias. Como digo la ceremonia terminaba en el templo de Júpiter Capitolino situado como su nombre indica, en el Monte Capitolio, uno de los siete montes sobre los que se asentó la Roma original, en donde se hacía una ofrenda a este dios.
Otra cosa que ya comente en el comentario del capítulo anterior es el entierro de Vercingetórix mediante cremación o incineración. Solo lo vuelvo a decir para que se vea que era un rito funerario común indoeuropeo, ya que una de las características de los pueblos indoeuropeos era el tener ritos funerarios comunes. En general, esto no quiere decir que todos los pueblos indoeuropeos tuviesen el rito de la cremación o incineración como rito funerario habitual, pues los macedonios por ejemplo, a pesar de que para mí eran griegos, a diferencia de los romanos, los celtas y los griegos propiamente dichos, tenían el rito funerario de la inhumación (sobre todo la aristocracia a pesar de ser paradójicamente el sector de la sociedad macedonia que más adoptó la cultura de los griegos de las póleis). Así lo demuestran los túmulos o tumbas de Vergina, antigua Egas, y Anfípolis, ambos en el territorio del antiguo reino macedonio (el norte de la actual Grecia). Sin más preámbulos lo que quería apuntar es que tanto celtas como romanos eran pueblos indoeuropeos, es decir, de origen indoeuropeo.
Otro rasgo común de los pueblos indoeuropeos que se observa en este capítulo es la (los griegos también son un pueblo indoeuropeo) Trifuncionalidad, es decir la visión del mundo por parte de los pueblos indoeuropeos a través de un prisma compuesto de tres funciones o categorías; en la mención a Júpiter Capitolino. Júpiter recibía este epíteto cuando se hacía referencia a él como parte de la Tríada Capitolina (reflejo de dicha trifuncionalidad): junto a Juno (la equivalente a la Hera helénica) y Minerva (la equivalente a la Atenea helénica). Estos tres dioses tenían cada uno un templo en el Monte Capitolio.
También como ya dije se ve como Tito Pulo antes de pifiarla definitivamente (es tonto), le otorga la libertad a su esclava Irene, la cual desde ese momento pasa a ser una liberta, con todos los derechos que ya expliqué en la entrada del comentario de la mini-serie Espartaco (volver a mirar para recordar) y uno de los esclavos de su amigo Voreno le dice que ella y él planean casarse para lo que han estado ahorrando. Como ya dije, sí, en el mundo romano un esclavo podía obtener la libertad, momento en el que pasaba de ser considerado una cosa a ser considerado una persona, o mejor dicho comprarla pues también podía recibir a cambio de su servicio (aunque no por ello se considera a la esclavitud en Roma un trabajo remunerado) una pequeña cantidad de dinero llamada peculio (del latín pecunia: dinero) con la que podía ahorrar y así comprar su libertad.
Nada más que comentar por mi parte, este episodio ya digo tiene poca chicha. Un placer como siempre. Adiós, sed felices o al menos intentadlo.
En verdad ya digo que la serie en general tiene pocos fallos. Más que nada en este capítulo concretamente hay más que fallos o gazapos históricos a comentar, aclaraciones a hacer sobre ciertas escenas o aspectos de la cultura y vida romanas.
Una cosa destacada a comentar en la serie es la ceremonia del triunfo. Este acto no está mal reflejado y como vemos consistía en un paseo con el victorioso subido en un carro y aclamado por el pueblo. Este honor le era concedido a los magistrados con capacidad para estar o ponerse al mando de un ejército, es decir, con imperium -generalmente cónsules y pretores, pero también en ocasiones dictadores, en época republicana y por supuesto emperadores en época imperial-. Dicho recorrido comenzaba en el Campo de Marte, fuera de Roma, nombrado así como no en honor a este dios, dios romano o itálico de la guerra equivalente al Ares helénico, y terminaba en Roma en el templo de Júpiter Capitolino pues se hacía también en honor a este dios (el equivalente al Zeus helénico, al Tor escandinavo y el Amón egipcio). De hecho en la ceremonia el homenajeado se equiparaba al mismo Júpiter. Si el homenajeado había obtenido una victoria militar de gran importancia -como es el caso de César contra la confederación de tribus celtas galas lideradas por Vercingetórix- el carro en el que iba era de oro. Le acompañaban magistrados y senadores y a su lado una persona le acompañaba recordándole portando una corona que solo era un hombre diciéndole memento mori (en latín: recuerda que morirás), pues como ya digo iba vestido con una toga púrpura "a la manera de un dios" y con la cara pintada de rojo, durante el camino, el cual era engalanado con pétalos a modo del confeti actual que se tiraban por las calles y con coronnae (guirnaldas), tenía que pasar, como su nombre indica por el Arco del Triunfo (pues Napoleón Bonaparte construye el Arco del Triunfo en París precisamente para equipararse a Julio César, uno de sus ídolos, así como a los emperadores romanos). Tras el homenajeado iban (mostrados como trofeos de guerra) los prisioneros. en jaulas para mostrarlos al pueblo (como es el caso del líder de la confederación gala Vercingetórix) Esto es una de las cosas que equiparan como muy bien da cuenta de ello Plutarco a Julio César con Alejandro Magno, pues el monarca macedonio veía a su enemigo Darío III de Persia como un trofeo como ve Julio a Vercingetórix. En dicha ceremonia acontecida en el 46 a. C César ordenó a su término la ejecución de Vercingetórix por ahogamiento, en concreto estrangulamiento. Esto significó el fin de la resistencia de los celtas de las Galias. Como digo la ceremonia terminaba en el templo de Júpiter Capitolino situado como su nombre indica, en el Monte Capitolio, uno de los siete montes sobre los que se asentó la Roma original, en donde se hacía una ofrenda a este dios.
Otra cosa que ya comente en el comentario del capítulo anterior es el entierro de Vercingetórix mediante cremación o incineración. Solo lo vuelvo a decir para que se vea que era un rito funerario común indoeuropeo, ya que una de las características de los pueblos indoeuropeos era el tener ritos funerarios comunes. En general, esto no quiere decir que todos los pueblos indoeuropeos tuviesen el rito de la cremación o incineración como rito funerario habitual, pues los macedonios por ejemplo, a pesar de que para mí eran griegos, a diferencia de los romanos, los celtas y los griegos propiamente dichos, tenían el rito funerario de la inhumación (sobre todo la aristocracia a pesar de ser paradójicamente el sector de la sociedad macedonia que más adoptó la cultura de los griegos de las póleis). Así lo demuestran los túmulos o tumbas de Vergina, antigua Egas, y Anfípolis, ambos en el territorio del antiguo reino macedonio (el norte de la actual Grecia). Sin más preámbulos lo que quería apuntar es que tanto celtas como romanos eran pueblos indoeuropeos, es decir, de origen indoeuropeo.
Otro rasgo común de los pueblos indoeuropeos que se observa en este capítulo es la (los griegos también son un pueblo indoeuropeo) Trifuncionalidad, es decir la visión del mundo por parte de los pueblos indoeuropeos a través de un prisma compuesto de tres funciones o categorías; en la mención a Júpiter Capitolino. Júpiter recibía este epíteto cuando se hacía referencia a él como parte de la Tríada Capitolina (reflejo de dicha trifuncionalidad): junto a Juno (la equivalente a la Hera helénica) y Minerva (la equivalente a la Atenea helénica). Estos tres dioses tenían cada uno un templo en el Monte Capitolio.
También como ya dije se ve como Tito Pulo antes de pifiarla definitivamente (es tonto), le otorga la libertad a su esclava Irene, la cual desde ese momento pasa a ser una liberta, con todos los derechos que ya expliqué en la entrada del comentario de la mini-serie Espartaco (volver a mirar para recordar) y uno de los esclavos de su amigo Voreno le dice que ella y él planean casarse para lo que han estado ahorrando. Como ya dije, sí, en el mundo romano un esclavo podía obtener la libertad, momento en el que pasaba de ser considerado una cosa a ser considerado una persona, o mejor dicho comprarla pues también podía recibir a cambio de su servicio (aunque no por ello se considera a la esclavitud en Roma un trabajo remunerado) una pequeña cantidad de dinero llamada peculio (del latín pecunia: dinero) con la que podía ahorrar y así comprar su libertad.
Nada más que comentar por mi parte, este episodio ya digo tiene poca chicha. Un placer como siempre. Adiós, sed felices o al menos intentadlo.
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